La Crónica: El Sporting se queda sin broche final de año

Se quedó sin el premio acumulado el Sporting de Gijón en Ipurúa. Una decisión cuestionable arbitral una semana más salpicó a los rojiblancos en su camino del triunfo ante el Eibar. Tras adelantarse por medio de un gran gol de Campuzano, un penalti, así así, realizado por Jonathan Varane certificó un empate que puede resultar justo. Tras el gol local, el Sporting se desfiguró. Tercer empate consecutivo de los rojiblancos que se acuestan en puestos de ascenso directo a expensas de lo que haga el Valladolid mañana. 

Como un niño receloso en la puerta del colegio, no quiso cambiar cromos Miguel Ángel Ramírez. Repitió alineación por primera vez de forma consecutiva desde que es entrenador del Sporting y la apuesta de forma inicial no le salió del todo mal. El césped de Ipurúa, regado por la lluvia nocturna armera, estaba veloz. Era complicado amansar al esférico pero el equipo rojiblanco lo probaba. Hassan desempolvó el catálogo de trucos. El primer 'almendruco' le salió a las manos de Zidane. 

El Eibar, a pesar de las intentonas rojiblancas, no se amilanó. Bautista disparó desde la frontal en el primer aviso local. Pero el que golpeó primero fue el Sporting. Y que manera de golpear. Víctor Campuzano, que no había participado en el comienzo de partido, debutó en el choque de forma espectacular. Un pelotazo de Róber Pier lo cazó el catalán. Le puso el capote a Arbilla, que se comió el túnel del '11', antes de observar con atención como Campu definía ante Luca Zidane. 

El gol adormiló el partido. En mayor medida, al Sporting. El equipo de Etxeberría adelantó líneas y comenzó a tener sensación de peligro. En eso quedó, en sensación. Mario Soriano, jugador fresco y de calidad, revoloteaba en las inmediaciones del área rojiblanca. También el fusil de Aketxe resonaba de fondo aunque sin munición en el primer acto. El Sporting se mostraba bien con y sin balón. Una primera parte completa del equipo de Miguel Ángel Ramírez para marcharse con aires triunfales al vestuario. 

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Tras el paso por la caseta, Campuzano se quedaba en el banquillo con molestias en el hombro desde la semana pasada. Djuka saltaba al césped con medio partido por delante. El Eibar, deseoso de puntos, se animaba en ataque. Aketxe volvió a usar la zurda y engatilló hacia portería. Tuvo que volar Rubén Yáñez en la fría noche para dejar la estampa del partido con una mano que dejó con la miel en los labios al bombardero Ager.

El '10' armero se tomó la justicia minutos después. Sánchez López castigó el exceso de ganas de Varane. El galo, revolucionado e infantil, tocó por detrás a un jugador del Eibar y el colegiado no dudó a pesar de que la acción ofrecía un mar de dudas. El contacto con la cadera derriba al jugador del Eibar y Varane toca con la pierna en la caída. Llueve sobre mojado. Aketxe la ubicó en la escuadra. En la siguiente jugada, Djuka fue objeto de un penalti tan claro como bien anulado por una mano previa del '23'. Pudo haber sido redención pero el mentón rojiblanco se llevó el golpe. 

Tras el empate en el marcador, el partido se encaminaba a irse para el que menos fallara. Pascanu pudo cazar una contra guiada por Hassan. El extremo francés, cariacontecido como todos, se fue al banquillo cuando estaba siendo el mejor rojiblanco. En el otro área, Aketxe sobrevoló su doblete. Su falta directa fue teledirigida a la escuadra y a la cabeza de Yáñez. Por suerte, se fue para fuera. 

En el descuento se volcó algo el Sporting pero sin acierto ni claridad. Estaba nublado de ideas el equipo rojiblanco en la recta final. Y lo único claro fue el punto con el que se marchó el equipo rojiblanco de Ipurúa. Tercer empate consecutivo de los gijoneses para cerrar el curso y mantenerse en fiestas navideñas en zona de ascenso directo a expensas del Valladolid. Se quería más. Pero la nota de la temporada rojiblanca sigue siendo alta.