La Crónica: Mariño sostiene a un Sporting de dos caras

El botín en la isla parecía poco pero acabo resultando bastante. El Sporting de Gijón consiguió un empate en el Heliodoro Rodríguez López tras un partido de mucha intensidad en el que se adelantó por medio de Cristo. En la segunda parte, el Tenerife adelantó líneas y estrechó el cerco sobre la portería de un Mariño que resultó importante. Nada pudo hacer en el gol visitante y resultó vital en los minutos finales para negar la victoria al equipo de Ramis. Al final, un punto que sabe hasta bien tras una segunda parte en la que llegó la 'famosa empanada'. 

El inicio fue bueno, pero el primer aviso fue del Tete. Waldo encontró un abismo en el centro del campo para correr hacia el interior del área. No pudo disparar con comodidad, pero el apoyo del centro del campo fue nulo. Su labor fue más en la creación de un Sporting que comenzó a un buen ritmo. Llegó con claridad en dos ocasiones. Una fue Cristo, que ocupó el puesto del cansado Djuka, que no pudo dirigir un cabezazo complicado a portería. También lo intentó Zarfino con un disparo tras girarse en el interior del área, manso a las manos de Soriano. 

Estaba el partido rápido y con opciones para la velocidad. Esa que aprovechó Nacho Martínez para llegar hasta la sombra de Mariño. Su envío al interior del área pequeña se lo cedió con mucha fortuna Diego Sánchez a su capitán. No iba a  fallar el defensa del Sporting. Sí el del Tenerife. Cristo mordió en la salida de balón y se llevó el bocado. Le robó la merienda a José León para plantarse con el cuchillo y el tenedor ante Soriano. Sin piedad, el tinerfeño ajustició a su equipo natal. Premio merecido al buen fútbol del Sporting. 

De la recompensa a un golpe muy duro. Nacho Méndez, que se estrenaba en la titularidad, se fue al suelo con un gesto inequívoco de dolor en su rodilla izquierda. Su cara pálida indicó que algo grave pasaba. No pudo seguir el luanquín quien, con lágrimas en los ojos tuvo que decir adiós al partido. Entró Gragera que se quedó sin descanso. El shock de la lesión del '10' adormeció al Sporting y el balón fue para el Tenerife. Dos centros terminaron en el larguero de Mariño y otro balón impactó en la mano de Zarfino. En esta ocasión, menos polémica con un remate muy cercano a su posición. 

Volvió a animarse el Sporting con una presión incesante de Guille Rosas, llegando incluso al lateral zurdo. Su empeño forzó un córner y eso con Gragera en el campo es sinónimo de peligro. Su socio Pedro Díaz buscó el interior del área y, como si tuviera un imán, el balón le cayó al '6'. El gijonés la lanzó fuera en una ocasión muy clara. Con la sensación incluso de poco premio, se fue el Sporting al vestuario. 

Empezó el Tenerife con ganas la segunda parte. El primero en probar fue Waldo, exigiendo a Mariño con un disparo raso y envenenado. El equipo local, deseoso de puntos, adelantó líneas y comenzó a acosar a un Sporting que estaba impenetrable en defensa. Los apoyos se sucedían y se vio a un equipo solidario y generoso en los esfuerzos. Y cuando empezó a mover el balón, los huecos llegaban. Intentó aprovecharlo Queipo con un balón en la carrera a Zarfino al que le faltaron metros de carrera para llegar. 

Con el paso de los minutos, el Tenerife fue a más y el Sporting a menos. Los balones eran canarios y las llegadas también. Waldo volvió a exigir a Mariño con un disparo que se complicó por el toque en un defensa rojiblanco. Estuvo muy entero el gallego en todas las acciones. Nada pudo hacer en el gol local. La pelota le cayó tras un rechace a Nacho Martínez. Con fortuna en el disparo, el lateral mandó el balón a la cara interior del palo de un inmóvil Mariño. 

En los últimos minutos, el dominio fue canario y la llegada rojiblanca. Djuka, en su primera acción con el balón, dispuso de un mano a mano muy esquinado en el que se encontró con el cuerpo de Soriano. Fue la última fue canaria. Tras un córner a favor del Sporting, el Tenerife pudo matar a la contra. Pero apareció Mariño para negarle el gol a Appiah. El capitán volvió a emerger para mantener un punto a salvo. Buena y mala cara del Sporting que se trae un botín apetecible que sabe a poco por lo visto en la primera parte.