La Crónica: El Sporting se empeña en complicarse la vida

En el día de la Madre, el Sporting fue una de ellas. Nuevamente, el equipo fue una 'madre' un partido más y el Ibiza, sin subir excesivamente el ritmo, se llevó los tres puntos de Gijón. Duro golpe para la moral de un equipo que no levanta cabeza. El partido lo marcó la expulsión de Pablo Pérez al filo del descanso, pero antes el Sporting ya iba por debajo en el marcador. Martí consumó una nueva decepción, con un partido que debería suponer un punto y final en el banquillo del Sporting. El descenso, a cuatro puntos. 

Ante la ausencia obligada de Aitor García, Martí se cubrió con un cambio de dibujo. Desdeñó la opción de la titularidad de Gaspar Campos para dar pie al cambio de sistema. Con dos delanteros, con Pablo Pérez acompañando a Djuka, afrontó el Sporting una final. Las noticias que llegaban desde Lezama colocaban la zona roja a una distancia de cuatro puntos. Con esa sensación de nervios, empezó el partido con el Ibiza con más peso. La primera fue de Nono. Le dejó espacio el Sporting al '9' pitiuso para que pudiera ensayar el disparo lejano. En dos tiempos, Cuéllar atrapó en dos tiempos. 

El Sporting comenzó a avisar por medio de su arma de velocidad panameña. El Puma Rodríguez volaba por la banda zurda, encontrando buenos espacios a la espalda de Cifuentes. Llegó en dos ocasiones para poner sendos balones al interior del área, sin encontrar destinatario al envío. Mientras, por el ataque zurdo del Ibiza, se barruntaba el peligro azul. Con Fran Villalba en el sector diestro, el Sporting perdía contundencia defensiv. Por el lado contrario, llegó la primera estocada. Con tranquilidad y sin presión, colgó un balón al área el Ibiza. Ante la impasividad de Berrocal, Ekain se coló entre los centrales y adelantó al cuadro pitiuso. 

El disgusto pudo ser mayor incluso en la siguiente. Volvió a encontrar mucha facilidad el Ibiza en la zaga defensiva rojiblanca. En el segundo palo, el exrojiblanco Guerrero buscó el palo largo pero su disparo se marchó alto. Una vez que el balón salió del campo, el público abroncó al equipo. En especial, dos blancos de la ira. Juan Berrocal y José Luis Martí. Entrenador y central se llevaban las mayores broncas dentro de un equipo que volvía a dar síntomas de desesperación. Los pitos se transformaron en aplausos hacia Manu Molina. El jugador del Ibiza se llevaba un violento golpe con José Gragera y caía al suelo desvanecido. En camilla, abandonó el partido ante una ovación cerrada de El Molinón. La única ovación de la primera parte en el municipal gijonés. 

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El parón detuvo en seco el ritmo del partido. No encontraba el Sporting continuidad alguna en el juego y el marcador empezó a jugar en contra de la moral rojiblanca. Al Ibiza no le hizo falta más para irse al descanso por delante. Buscó el Sporting una mínima reacción, pero Djuka no mostró el colmillo de otras ocasiones en un balón llovido sobre el área. Con un disparo de Pedro Díaz que se marchó cerca del palo después de una falta también botada por el '8'. Ni en la puntería tenía el día el Sporting. 

Si tuviera pocos problemas el Sporting, Pablo Pérez le buscó uno más. Amonestado después de una acción que pudo tener un castigo mayor, el '22' saltó con el brazo extendido. Quizás, demasiada excesiva la segunda amarilla. Quizás, pesó el poco castigo en la acción anterior. Pablo Pérez se marchó expulsado antes del final de la primera parte. La protesta generalizada por la expulsión empañó el malestar del público cuando los jugadores encaraban el camino a vestuarios. 

A la vuelta de los camerinos, lo hizo el Sporting con una cara nueva. Guille Rosas reemplazó a Bogdan en el lateral diestro. Con esa única novedad y diez jugadores en el terreno de juego, buscó el Sporting darle la vuelta a un escenario oscuro. Si con once no encontró el camino para hacer daño al Ibiza, con diez resultaba más complicado todavía. El Ibiza siguió su plan, refrescando el centro del campo, y encontrando huecos en la frágil zaga rojiblanca. La primera ocasión de la segunda parte fue celeste, con una combinación entre los defensas asturianos que terminó en los guantes de Cuéllar.

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Siguió moviendo el banquillo Martí dando entrada a Eric Ramírez y a Gaspar. Se iba pitado Villalba después de un partido para olvidar en el que no le salió absolutamente nada. El venezolano fue otros de los que despertó el enfado del público. Varios controles desatinados y una mala toma de decisiones le colocó en la diana del enfado rojiblanco. Se pudo desquitar el venezolano tras un pase de Kravets. La mejor ocasión rojiblanca fue una jugada que inició desde su zona de actuación el lateral ucraniano y cedió a Ramírez para que marcara tras driblar a Alex Domínguez. Un justo fuera de juego le privó de poder celebrar su primer gol como rojiblanco. 

El Ibiza, andando, era el dominador del partido. El ritmo propuesto por el cuadro de Paco Jémez le dio ciertas esperanzas al Sporting. Ante un equipo relajado, el equipo de Martí comenzó a llegar. Sin peligro, pero llegaba. A balón parado, como al final de la primera parte, Pedro tuvo la ocasión más clara. Una falta en la frontal la estrelló contra el lateral de la red. Tal fue el efecto óptico que la megafonía de El Molinón cantó como gol. Fue tan clara como la que tendría Djuka rozando el descuento. Genial envío de Borja López que no pudo remachar el Sporting. 

Tampoco en el descuento Calavera. En el mano a mano, el lateral cruzó en exceso tras una carrera en la que se quedó solo. No era el día. Ni Djuka ni Calavera. La tuvo también Campuzano en un remate de cabeza con el tiempo ya cumplido. Pero nada. A cuatro del descenso, el Sporting puso un capítulo más en su temporada de pesadilla. Anodado el público ante un descenso que cada vez se vislumbra más real. Ver para creer.