Y ahora qué: Punto, ¿y aparte?

Lo tenía. Tenía la continuidad de Gallego en el puño de la mano. Pero se le escapó. En un gran partido del Sporting, se le escapó la victoria en un error defensivo. El único en un partido practicamente inmaculado del equipo rojiblanco en defensa, pero que falló cuando no se debe fallar. Un error coral defensivo condenó a una nueva jornada asturiana sin vencer. Son diez partidos sin sumar, el playoff se aleja y la situación de David Gallego pende de un hilo. Con lo bien que lo tenía. 

Para su juicio definitivo, Gallego tiró de Nacho Méndez para sobreponerse de la notable ausencia de José Gragera en zona de destrucción. Empezó bien el Sporting, con ritmo y carácter, características que parecían desaparecidas de esta plantilla. A pesar de tener la posesión, no pudo el once rojiblanco acercarse con la mordiente necesaria a las cercanías de Andrés Fernández. Tras veinte minutos de balón rojiblanco sin peligro, el primer disparo llegó del lado oscense. Florian se deshizo de Guille Rosas, puso el balón al interior donde Marc Mateu conectó una chilena que atrapó fácil Mariño. El gallego volvió a intervenir en la siguiente para negarle el gol a Joaquín. 

Eran ocasiones injustas porque el dominio era rojiblanco. Tras el susto, el Sporting se lanzó a la presión y a robar arriba para levantar a El Molinón. Era más rápido el equipo de Gallego y estaba más metido en el partido que el Huesca. Lo demostró con ocasiones. Aitor fue el primero en avisar seriamente con un disparo desde la frontal que tocó en un defensa. El siguiente, con más claridad, fue Borja López tras un balón parado que obligó a Andrés Fernández a salvar el balón sobre la línea cuando el primero se cantaba en la grada. El público estaba con el equipo y las fuerzas extras se notaron. Llegando al minuto 30, Xisco Muñoz movió el once para taponar la marea rojiblanca. Al banco, un ovacionado Cristian Salvador y para dentro Mikel Rico. Veteranía para frenar la osadía rojiblanca. 

Se desmelenó el Sporting en la recta final de la primera parte espoleado por su público. Hasta siete saques de esquina botó el equipo rojiblanco. Comparación que choca con los botados en Gran Canaria: cero. Pese a la falta de puntería evidente, gustaba lo visto en los primeros 45 minutos en El Molinón. Así lo reconoció el público a lo largo de la primera parte. Con una amarilla para Kravets provocada por una pérdida inocente de Berrocal, el Sporting se marchó a vestuarios con la sensación de no haber materializado una buena primera parte. 

La intensidad rojiblanca no se rebajó en la segunda. Fuerte arriba el Sporting que robaba y creaba. Estuvo lento el Puma después de recuperar Djuka para dejárselo en bandeja. El que no estuvo lento, nunca lo suele estar es Pedro. Cazó un rechace después de un córner y empaló desde fuera del área para marcar el primero. Golazo. A la altura de la celebración. Con rabia Pedro, con desahogo Gallego y con alegría El Molinón. 

No aminoró la marcha el Sporting tras el gol. Siguió buscando el segundo con ahínco. A punto de hacerlo el Puma en una de sus noches más acertadas como rojiblanco, pero se lo negó Andrés con una buena mano. Pese a los cambios del Huesca, el Sporting se mantenía bien ordenado. Hasta que se desordenó. En un saque de esquina a favor, falló Pablo García y se desató la contra aragonesa. Corrió Joaquín por la banda y conectó un buen centro para Seoane. Mariño no salió convencido y el Huesca heló a El Molinón con el empate. 

Después del empate, buscó aire el Sporting pero el árbitro le negó una pena máxima que parecía clara. Vista la repetición, el balón impacta en la mano de un defensa del Huesca. No vio la misma repetición Vicandi Garrido que negó la infracción. Sin margen de reacción, lo intentó hasta el final el Sporting. A punto de ser héroe Pedro Díaz con otro derechazo desde la frontal, pero volvió a intervenir el portero visitante cuando El Molinón festejaba. Empate final e incertidumbre sobre la mesa en torno a David Gallego.