Vida extra para Gallego con una goleada balsámica

Cuando más falta hacía, el equipo no le dio la espalda a Gallego. El Sporting de Gijón mostró su mejor cara ante la Mareona y despachó una tarde muy completa en Anduva para salvar la cabeza de su entrenador. Los rojiblancos se llevaron con merecimiento los puntos ante el Mirandés tras una actuación coral destacable de los rojiblancos. Uros Djurdjevic desde el punto de penalti en la primera parte y Aitor García y Rivera en la segunda remataron la fiesta en Miranda. Los aficionados rojiblancos, cerca de 600, disfrutaron después de mucho tiempo de una tarde para el recuerdo de los suyos. 

Con los mismos cromos que ante el Eibar, Gallego afrontó su 'final' en Anduva. Como tal, salió el equipo. Intenso en la presión y dejándose ver desde bien pronto por la portería. Djuka en dos ocasiones sondeó el área del Mirandés con dos buenas opciones de ataque. Presionaban bien los de Gallego, complicando la salida de balón del equipo de Lolo Escobar. En las botas de Hassan, se amasaba el peligro. Las ganas del Sporting fueron efervescentes. Los primeros minutos dieron paso a un pequeño arreón del equipo local. En un balón parado, estuvo cerca de caer el primer susto. Mariño se confió y se 'merendó' un balón que Camello no pudo dirigir dentro con el lucense ya vendido. Suspiró la gran representación de la afición rojiblanca que poblaba uno de los fondos del coqueto Anduva. 

El susto que se llevó la Mareona azuzó ligeramente a los de Gallego. Se empezó a hacer con la manija el Sporting, pero le costaba adentrarse en líneas enemigas. No estaba apareciendo Fran Villalba con la asiduidad que venía demostrando y Jony seguía mostrando que le falta para llegar a su pico de ritmo. En cambio, los otros dos componentes de la ofensiva rojiblanca se mostraban más activos. Djuka se movía con sentido y Aitor mantuvo el ritmo de las jornadas previas. Por detrás, Pedro y Rivera guiaban bien a un equipo que adelantaba líneas. Por las bandas, se volvían a asomar los de Gallego. Calavera y Kravets campaban con facilidad por territorio rival y, por ahí, se descargó la tormenta. 

Vio por el rabillo del ojo Kravets la situación de Pedro Díaz en la frontal del área. Le puso el balón para que Pedro ensayara el disparo. Tras tocar en un rival, Lizoain impedía el gol con una buena intervención para mandar el balón a la esquina. Los jugadores del Sporting, como un resorte, saltaron hacia el colegiado. "Mano, mano, mano", le pedían. Tras una larga meditación, Prieto Iglesias se resignó a visitar la pantalla. Tras varias visualizaciones, el navarro señaló al área local. Penalti. Djuka, con la frialdad que a veces le escasea, aguantó al portero y mandó el balón para dentro. Estallido de alegría en la afición visitante y en el banquillo del Sporting. Resopló Gallego a la vez que Djuka mostró su rabia tras anotar su octavo gol de la temporada. 

El gol le vino de perlas al Sporting que pudo conseguir incluso el segundo de la mano de Kravets. En una falta centrada pero peligrosa, el ucraniano ganó el pulso a Pedro y a Jony en el orden de lanzamiento y cerca estuvo de llevar la razón. Con potencia, tuvo que intervenir Lizoaín para evitar el tanto del lateral. No se resignaría el Mirandés a irse por debajo en el marcador al descanso. Apareció el jugador con más clase jabata en el verde. Meseguer, entre líneas, filtró un balón de categoría para Carreira. El lateral disparó pero apareció Mariño para desquitarse del error con el que iniciaba al partido. Pitada por parte de la parroquia local, ovación cerrada de la visitante para los suyos. 

El inicio de la segunda parte arrancó con un duro golpe. El que se llevó Jony. Jorge Sáenz cazó al de Cangas que tuvo que abandonar el partido con una cojera muy visible. La afición rojiblanca le reconocía más que su partido, todavía falto de ritmo, el hecho de su regreso a casa. Entraba en su lugar Puma Rodríguez, que entró con calor en una tarde que se enfriaba en lo meteorológico. Llegó varias veces con peligro el panameño, sin acierto. Más cerca estuvo Pedro Díaz tras una buena contra guiada por Djuka. Cerca se marchó el disparo del '8', aunque la suerte sigue estando de cara del '7'. Le brindó un pase Fran Villalba para que se plantara en el mano a mano. Aitor García convertía la grada rojiblanca en un polvorín con el segundo tanto de la tarde. Festival rojiblanco en Anduva. 

La fiesta la mantuvo Rivera. Para culminar un partido de catálogo, el gijonés remató un balón que le puso Djuka con la cabeza. Volea, gol y sentencia rojiblanca. Los aficionados visitantes se frotaban los ojos en uno de los partidos más contundentes de la temporada de los de Gallego. El entrenador rojiblanco respiró y dio descanso a los pesos pesados. Pedro, Aitor y Djuka se marcharon para dar entrada a Gaspar, Gragera y Eric Ramírez. La entrada de Pablo Pérez fue el cloroformo necesario para consumar los tres puntos de vuelta a Gijón. Gran partido de los rojiblancos para salvar el pellejo de Gallego y, quien sabe, comenzar a edificar algo grande. La primera piedra ya está puesta.