Aferrados, de nuevo, a El Molinón
El Sporting se jugará su supervivencia en dos partidos en casa ante rivales que pelean por el ascenso a Primera. El Molinón deberá jugar su propio partido como tantas otras veces
Los acontecimientos ocurridos este fin de semana han elevado la categoría del encuentro ante el Girona. La situación clasificatoria del Sporting dictamina que, si todo sale mal el próximo domingo, el equipo rojiblanco podría terminar la jornada en puestos de descenso. Un escenario ridículo a principio de temporada pero peligrosamente real a estas alturas. Ante el Girona, el Sporting de Abelardo jugará uno de los partidos más relevantes en la historia reciente del club. Una derrota sería asomarse a un abismo al que nunca antes se había asomado con tanta fuerza. Para actuar como cuerda salvavidas, El Molinón volverá a entrar en juego.
De forma incontable, El Molinón ha jugado también partidos importantes con su equipo. Y se ha impuesto. La promoción con el Lleida, los partidos agónicos con Manolo Preciado o la permanencia de 'los guajes' de Abelardo. Muchos ejemplos de lo que es capaz de sumar el público de El Molinón si conecta con su equipo. Para un estadio que vive resignado ante la mala temporada de los suyos, el domingo debe ser día importante. Será momento de aparcar la crítica durante el partido y recuperar la caldera que fue El Molinón antaño. Antes y después, la crítica debe aflorar. Pero no durante el partido.
La importancia del estadio gijonés ya no está solo en el partido ante el Girona. Para cerrar el año, el Sporting recibirá la visita de Las Palmas. Un equipo que puede llegar con opciones de meterse en la zona de promoción. En el caso de que el Sporting se juegue su futuro deportivo en la última carta, no debería existir un precedente que se asemeje a lo que pueda ser ese El Molinón. Un escenario que se vislumbra complicado. Pero que se puede dar.
Como local, al igual que como visitante, la temporada ha sido decepcionante. Un equipo que siempre se había mostrado sólido en casa presentó más carencias que nunca a la hora de jugar ante su público. El Sporting ha perdido más que ha ganado en casa. Siete victorias frente a nueve derrotas acumula el equipo rojiblanco en El Molinón. Ante el Girona, el regreso de Abelardo debe ser la chispa que encienda la caldera sportinguista. No hay otra.
Por delante, siete días para el partido ante el Girona. Una semana de preparación y concienciación. No se trata de un partido más. Es uno de los partidos más importantes de la historia reciente del Sporting. Al menos, uno de los que más tiene en juego. Y la hora de decidir, El Molinón volverá a jugar un papel decisivo para su equipo. Un Sporting que se agarra, como a un clavo ardiendo, al efecto de El Molinón.