Algo más que un hombre de palabra

Cali Izquierdoz, además de anteponer el Sporting a otras ofertas, renunció a acudir a los Juegos Olímpicos de 2020 por quedarse jugando con 'su' Boca

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Cali y Enzo
Cali y Enzo, en El Molinón
Jue, 01/12/2022 - 21:34

Su papel en el campo comienza a eclipsarse por su rol fuera del mismo. Cali Izquierdoz se ha convertido en el mariscal de la zaga del Sporting de Gijón y su fidelidad ha quedado más que demostrada desde su llegada hace cuatro meses. El argentino aterrizó procedente de Boca Juniors con un cartel importante que le hizo ser objeto de interés de un gran abanico de clubes. Pero su palabra ya estaba dada a Alejandro Irarragorri. Una persona de su confianza que incluso le llegó a confesar en el mes de mayo que andaba tras la sombra de un club. Sin saber el equipo del que se trataba, Cali se subió al barco. 

Su último acto de fe conocido es rechazar una oferta para jugar en uno de los grandes de Argentina, como es San Lorenzo de Almagro. Ya lo hizo en verano. A pesar de los numerosos ofrecimientos externos, el central argentino demostró su lealtad y recaló en el Sporting de Gijón. Un acto que refleja su fidelidad a su club, algo que también había hecho hace un par de años. Uno de los sueños de los futbolistas es defender la camiseta de su selección. A Cali Izquierdoz se le quedó la espina.

Y se le quedó por, de nuevo, fidelidad. "Renuncie a los Juegos Olímpicos por jugar la Copa Libertadores en Boca Juniors. Era mi sueño, pero se contraponía con la responsabilidad que tenía con mi club. Me dolió mucho quedarme fuera. No me arrepiento, me hubiera gustado y me quedo con la espina de no haber vestido la camiseta de mi país", comentó Cali Izquierdoz en Radio MARCA Asturias este jueves. 

También demostró ser un hombre respetuoso. En el momento de hablar de su salida de Santos Laguna con destino a La Bombonera, Cali siempre priorizó lo deportivo a lo personal. "Acababa de ser campeón con Santos, quería irme bien y fue sentarnos a hablar con Irarragorri, expresarle mi deseo y él lo entendió. Se lo agradecí porque era un sueño a cumplir", dijo. Sus caminos se reencontrarían años después en Gijón. 

Deseosos de una experiencia diferente, Cali, su mujer y sus dos hijos emprendieron el viaje a Asturias, donde el argentino se ha convertido en un baluarte defensivo. Con un año y medio por delante de contrato, los cantos de sirena de volver a su país no le encandilaron. Tampoco lo hizo la Selección Argentina hace dos años. Siempre priorizando a su club. Siempre priorizando su palabra.