Cuando Sabina 'se coló' en una de las últimas gestas del Sporting

El música español, que tantas veces ha tocado en Gijón, tiene una curiosa historia relacionado con el conjunto rojiblanco. Lo ha 'confesado' Hugo Perico Pérez

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Joaquín Sabina
Joaquín Sabina
Lun, 09/05/2022 - 18:15

Joaquín Sabina es una institución. Una leyenda viva de la música española y un artista tremendamente admirado en Argentina. De ahí parte su historia más ´canalla' con el Sporting de Gijón. También a raíz de Hugo Perico Pérez, exfutbolista rojiblanco que dejó un muy buen recuerdo en Asturias. El mítico Andrés Calamaro también lo hizo posible. 

La historia la explicó el exrojiblanco en una extensa entrevista, e interesante, que concedió a infobae. Así es como lo contó: "En España pasé años fantásticos y me quedó una gran anécdota. En 1996 rompimos una racha de 16 años sin poder vencer al Madrid en el Bernabéu, con el agregado que habían venido a verme Charly García y Andrés Calamaro, que era un ídolo absoluto con Los Rodríguez. A la noche fuimos a cenar para festejar y se sumó Joaquín Sabina. Nos divertimos como locos y hay historias de esa mesa que no se pueden contar porque son increíbles”.

El partido al que se refiere tuvo lugar el domingo 7 de abril de 1996. El entrenador era Novoa y el Sporting formó siguiente alineación: Ablanedo; Velasco, Acebal, Giner, Pablo, Bango, David Cano, Avelino, Perico Pérez, Lediakhov y Dani Bouzas. El gol fue obra de Velasco en el minuto 13 y desde el banquillo salieron Muñiz, Tomás Hervás y Mario Cotelo. Fueron tres puntos claves para la permanencia en la primera temporada con el actual sistema de puntuación. 

Y en lo que respecta a Sabina el episodio narrado por Perico Pérez es otra muestra más de la intensa relación del músico con Gijón. Al de Úbeda siempre le ha seducido esta ciudad asturiana, incluso se siente en deuda por su famoso 'Gatillazo gijonés'. Así fue como se disculpó, con un poema sobre ello, cuando en 2005 tuvo que suspender el primero de sus conciertos en el Jovellanos y aplazar los otros dos que tenía previstos. La razón médica fue una laringitis aguda. Y sus versos dicen así: 

Ya comprende un servidor
que el gatillazo de ayer
no encoña al mejor postor
Sin edad de merecer
puedo seguir siendo yo
cuando me da por crecer.

¿Por qué en Gijón, madre mía,
Donde yo menos quería
pasó lo que me pasó?
Mi garganta pajillera
con costo en la faltriquera
dijo que sí, pero no.

Lo malo es que el Jovellanos
se me escapó de las manos (por do más pecado había…)
El Titanic y el grumete
salsa rosa caga y vete
menstruo de cuaderna vía.

A mi Nano, en Nueva York
se le atravesó el terrat
y Manhattan lo adoptó
y a Pablo, cuerpo presente,
cuando fue a Chile, a pisar
nuestras calles nuevamente
Las pisó, claro que sí,
cayendo chuzos de punta (pero estuvimos allí).

Los del barçá, los valdanos,
las zidanes cejijuntas,
los talibanes cubanos.

Y, sin embargo, esa voz
enmudeció de repente
para darnos otra coz,
cambiarle la jeta a Acebes
es lo mejor de la noche
de este concierto tan breve.

Mañana será otro día
volveré a ser el fantoche
de calle melancolía.