Desde La Mata a Mareo: Los gestos de Ramírez con la cantera del Sporting

Disfruta con su trabajo. Miguel Ángel Ramírez se acerca al año de su estancia en el Sporting de Gijón –lo cumplirá en el mes de enero–y ha sabido adaptarse a la idiosincrasia del club de inicio a final. El entrenador canario vive su mejor momento en cuanto a resultados desde que aterrizara en el banquillo rojiblanco y eso se ha traducido en un ambiente feliz de trabajo en el sportinguismo. Ramírez está viviendo la experiencia al completo. De arriba a abajo. 

El trabajo del entrenador del Sporting no se limita a su equipo. Fuera de su tiempo dedicado a la primera plantilla rojiblanca, Miguel Ángel Ramírez ocupa parte de su tiempo en la cantera. Por poner un ejemplo. El Sporting jugó su partido ante el Amorebieta el sábado 11 de noviembre. Un día después, Ramírez entrenó con su equipo en una sesión regenerativa en el campo 2 de Mareo a la vez que el Sporting Atlético jugaba un encuentro vital ante el Llanera. Al término del entrenamiento, el canario se situó tras los banquillos para ver el partido de cerca del primer filial. Es algo que hace de forma habitual, estar cerca del equipo de Zulaika en sus partidos. No sería el único del día. 

Tras el final del partido del Sporting Atlético, Miguel Ángel Ramírez se fue a Candás. En La Mata, el Sporting C afrontaba otro exigente partido en Primera Asturfútbol. Allí se plantó el entrenador del equipo gijonés. Estuvo presente en el vestuario antes del partido, formó parte de la arenga y aprovechó el descanso para compartir impresiones con los jugadores de Samu Baños. Todo de forma muy respetuosa con el trabajo del primer entrenador. Una imagen que se repitió este fin de semana. Después de jugar en Alcorcón el sábado y con dos días de descanso para su plantilla, el canario volvió a Mareo para ver en directo el partido del Sporting C ante el Llaranes. Muy inmerso en la filosofía del club. 

El propio Ramírez lo admitía en una entrevista concedida al diario AS. "Estoy enfermo. El fin de semana pasado teníamos dos días de descanso y me vine a ver el cadete B y al Sporting C. Soy un enfermo del fútbol porque esto es como una droga. Es lo que me hace feliz y lo busco continuamente porque es lo que más me llena", decía Miguel Ángel. Gestos que tienen un buen calado. 

Ya no solo en la afición, que reconoce el incansable trabajo de Ramírez en el club. También por parte de los jugadores. Los futbolistas del Sporting C se mostraban encantados de poder compartir vestuario con el entrenador del primer equipo. Incluso de poder ser 'corregidos' por parte del canario. Es una forma más de acercarse a los primeros escalones. Pasos hacia delante. Y eso llega gracias a la 'enfermedad' de Miguel Ángel Ramírez. Un técnico que vive por y para el Sporting.