De un recibimiento abortado al éxtasis final

Un error de coordinación durante la previa del encuentro privó a los aficionados azules de disfrutar de la atmósfera propia de un duelo de altura

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Paulino
Paulino de la Fuente celebra el gol con la grada del Carlos Tartiere

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Así ha sonado el gol de Paulino en Marcador Asturias

Dom, 28/01/2024 - 10:57

Corrían las 16:45 de la tarde cuando el autobús en el que viajaba la expedición del Real Oviedo transitaba por la calle Alejandro Casona. Su trayecto al estadio pasó desapercibido para el grueso de la hinchada carbayona, que había fijado su quedada un cuarto de hora más tarde. La afición azul aguardaba a las 17 horas para dar el primer aliento a los suyos en los prolegómenos del encuentro ante el Leganés, pero se quedaron con las ganas.

Tan solo fueron unos pocos los aficionados azules que se percataron del paso. La anticipación del autocar azul apenas dio tiempo al encendido de bengalas previsto, y por ello ese recibimiento se quedó en nada parecido a lo que ya se había dibujado en otras ocasiones. Como es habitual en cada jornada liguera, los equipos profesionales deben comparecer en el estadio con una antelación de hora y media con respecto al inicio del partido. 

Así todo, ese recibimiento abortado no privó de que el Carlos Tartiere viviera uno de los mejores ambientes de la temporada. El coliseo azul congregó a 19.626 espectadores, o lo que es lo mismo, la segunda mejor entrada del curso, solo superada por los 22.121 aficionados que se dieron cita en el derbi asturiano a comienzos de septiembre. Antes del primer rugido, un sentido homenaje a José Manuel Fernández Silva, empleado del club durante más de 30 años, y también para Fernando Rodríguez Pérez, vigilante de seguridad habitual en el Carlos Tartiere.

Durante los 90 minutos, con la afición azul incansable, la atmósfera creada daba la sensación de partido grande. El clímax llegó al final, concretamente en el minuto 89. Un zurdazo desde la frontal de Paulino de la Fuente se coló en la portería de un desesperante Diego Conde y terminó con el estadio patas arriba. Ese gol del cántabro desató la locura entre todo el oviedismo, que una vez más volvió a hacer de su casa un fortín para tumbar al líder de la Segunda División. Gracias a ese gol, y a falta de lo que haga este lunes el Valladolid, el Real Oviedo ya está en play-off.