El empeño sin premio y apenas castigo para Ramírez

El empate frente al Amorebieta y los enfrentamientos ante rivales de la zona media baja motivaron cambios que no han funcionado

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Miguel Ángel Ramírez, en El Molinón.
Jue, 07/12/2023 - 21:30

Miguel Ángel Ramírez no puede estar del todo satisfecho con el resultado de su esfuerzo en tratar que el Sporting de Gijón dejase de ser previsible. Esa ha sido su principal misión desde que sus jugadores no pasaron del empate contra el Amorebieta. Desde entonces, para atacar a los equipos con defensa poco adelantado, ha modificado continuamente el sistema y a varios jugadores

Estaba en su mejor momento. Venía de enlazar tres victorias consecutivas en Liga. Venia de superar al Albacete, Espanyol y Villarreal B, cuando el Amorebieta se cruzó en su camino. Ramírez, salvo que Hassan no pudo jugar en La Cerámica, empleó el 4-4-2 en todos los partidos. Por primera vez esta temporada comenzaba a verse una alineación consolidada. Los cambios eran mínimos. 

Con Campuzano enganchado tras su gol al Zaragoza saliendo desde el banquillo, el entrenador apostó de manera continuada por Yáñez; Pasacanu, Insua, Pier, Cote; Hassan, Roque Mesa, Nacho Méndez, Gaspar; Campuzano y Otero. Esa fue la alineación contra el Albacete salvo Queipo por Hassan. Los mismos, a excepción del francés por Queipo, fueron los elegidos contra el Espanyol en El Molinón.

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Una semana después, sin Hassan por la cláusula del miedo, jugó con tres centrales y se ganó al filial del Villarreal. No le convenció en exceso, o tenía mayor confianza en lo que ya había visto con más frecuencia, por lo que tiró de nuevo de su 'once de gala' para la cita contra el Amorebieta. El equipo vasco se encerró, no dejó espacios, por lo que el técnico reflexionó. Era necesario trabajar nuevos recursos para doblegar a este tipo de adversarios. Un análisis que se tradujo en rescatar prácticamente el mismo equipo que terminó ante el Amorebieta. Así se jugó en Alcorcón. 

Apareció Fran Villalba, Guille Rosas y, a la jornada siguiente, Djuka. Se empató en Santo Domingo y se ganó al Eldense en El Molinón. Una victoria de más control que brilló, por lo que en Cartagena le dio otra vuelta más a su equipo. El dibujo fue muy parecido al que se había visto semanas atrás en La Cerámica. Una disposición similar sobre el terreno de juego para un rival con un estilo diferente. Llegó la derrota. 

Llegados a este punto, el Sporting abordará ahora adversarios de la zona alta. Ya no tendrá tanto la iniciativa como en las últimas semanas y dispondrá de más espacios que atacar. Por ello, es probable que se vuelva a ver al equipo de hace un mes.

Un periodo ya finalizado, tras el análisis que dejó el empate contra el Amorebieta, del que Ramírez ha obtenido poco premio. Tampoco es que haya sido un desastre. Desde dicho encuentro, con el que interiorizó esa necesidad de darle una vuelta a todo, el conjunto gijonés empató en Alcorcón, ganó al Eldense y perdió en Cartagena. No en vano, los rojiblancos siguen siendo segundos. Lo de la Copa del Rey ha sido otra historia.