El Molinón ya ni siente ni padece

El enésimo tropiezo en casa del Sporting derivó en la resignación de la afición a la que lleva acostumbrada toda la temporada

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Grada molinón
Grada de El Molinón durante el encuentro ante el Ibiza
Dom, 01/05/2022 - 20:08

Nuevo golpe directo a la moral rojiblanca. La afición del Sporting de Gijón se sigue acostumbrando a ver perder a los suyos en El Molinón. Una imagen que se ha repetido en nueve ocasiones en lo que va de temporada. La dinámica ha diezmado la moral de las tropas sportinguistas que, ni en uno de los peores partidos del equipo de Martí, terminó estallando. Simple resignación. Y El Molinón lo notó. Ni las medidas promovidas por el club para fomentar la afluencia levantaron los ánimos. 11.740 aficionados estuvieron en El Molinón, aunque para el pitido final ya eran muchos menos. 

La conexión entre público y equipo duraría 15 minutos. Lo que tardó el Ibiza en adelantarse en el marcador. Tras el gol, y sobre todo tras otra ocasión de Guerrero, el público reflejó su malestar contra varios actores. Juan Berrocal recibió pitos cada vez que controlaba el balón, señalado por el fallo en la marca y los constantes errores que han ido condenando su temporada. El otro fue José Luis Martí. Después de cada indicación que hacía desde el banquillo, el sector de la grada que le precedía cargaba contra él. 

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Palco

 
La crispación aumentó cuando Pablo Pérez vio la cartulina roja. Fue el detonante que provocó una de las mayores pitadas de la temporada al descanso. Contra el árbitro una parte, pero contra la pobre imagen del equipo. Los gritos de "esta camiseta, no la merecéis" y "jugadores, mercenarios" volvieron a resonar en las entrañas de El Molinón, que también volvió a cargar contra la directiva. Una dinámica que ha ido cogiendo ritmo en los últimos meses hasta convertirse en una constante en cada partido que el Sporting juega como local. Pese a ello, la sensación fue la de que El Molinón vive resignado ante la pobre imagen constante del equipo. 

La segunda parte fue más de lo mismo. La afición cargó contra frentes varios. Eric Ramírez y Fran Villalba fueron los principales señalados del segundo acto. El venezolano erró varios controles y varios pases aparentemente sencillos y el público se lo recriminó. El valenciano, por su parte, se llevó una sonora pitada cuando fue sustituido a la hora de juego. El partido del '21' es de los peores que se le recuerdan con la camiseta del Sporting. Apático en exceso. Y eso El Molinón no lo tolera. 

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Borja Lopez

 
Con el pitido final. la protesta se fundió con la desolación en el césped. Borja López era uno de los más afectados tras la derrota, tapándose la cara con la camiseta y siendo consolado por varios jugadores del Ibiza. Como el central, Gragera, Pedro o Gaspar. Todos aguantaron el tipo al final del partido para ir a aplaudir a la afición. Una afición que ya no estaba en el campo.

Quedarían varios miles de aficionados ocupando los vomitorios de salida. Muy pocos se quedaron al término del partido para recriminar a los suyos. Pese a todo, la afición presente les dedicó una sonora pitada a los jugadores del Sporting cuando salieron al centro del campo a aplaudir. El Molinón se vació en una jornada que refleja la temporada del sportinguismo. En una de las peores imágenes corales de la temporada, la protesta no estuvo a la altura del mal juego. El Molinón se ha resignado a que esto, tristemente, es lo que hay.