Elegidos por Orlegi, los últimos en los planes de Ramírez

Ignacio Jeraldino y Jordan Carrillo, dos de las altas del Sporting de Gijón durante el mercado de fichajes, no cuentan con la confianza del entrenador. El 'rescatado' Campuzano parece estar por delante del chileno, mientras que el mexicano ni tan siquiera ha debutado esta campaña. Ellos son dos de los fichajes Orlegi que a día de hoy parecen no tener sentido alguno.

La explicación de David Guerra el pasado jueves acerca de Ignacio Jeraldino añadió más confusión. El presidente ejecutivo afirmó que su fichaje en propiedad por tres años era un compromiso adquirido del pasado, cuando el delantero llegó cedido el invierno pasado. No dio más detalles. Eso sí, Guerra habló abiertamente del rendimiento del jugador, decepcionante para los gestores y, a la vista está, también para el técnico. 

No en vano, Miguel Ángel Ramírez ha pasado de prescindir de Víctor Campuzano, sin minutos en la pretemporada, a darle la oportunidad en el Carlos Tartiere. Jeraldino lo vio todo desde el banquillo. Junto a él estaba el inédito Jordan Carrillo, quien la campaña pasado tuvo algún que otro buen momento aislado. El mediapunta es un jugador que todavía está en pleno proceso de formación. Su juventud le concede el beneficio de la duda a la hora de poder evaluar su recorrido. Con menor optimismo se puede valorar la situación de Jeraldino, cuya permanencia en Gijón bien merece una explicación más profunda. 

Lo que queda claro es que la dirección deportiva de Orlegi, dejando a un lado la que trabaja en Mareo, está tomando algunas elecciones difíciles de comprender. Las altas de Jeraldino y Carrillo completan el cupo de fichas máximas de las que dispone un equipo profesional. Salvo un cambio de escenario, el conjunto gijonés deberá prescindir de algún miembro de su primer equipo si es que en invierno decide reforzar al equipo. 

La excepción es la de Juan Otero, cuyo rendimiento como rojiblanco sí está siendo positivo, y la de Izquierdoz, quien fue una pieza importante en su primera campaña, Ramírez quería la continuidad del colombiano y asumió la decisión de Orlegi en los casos de Jeraldino y Carrillo.