La contundente reflexión de Guerra sobre los traspasos y la mentalidad de los canteranos

Durante su larga intervención de este jueves, David Guerra fue preguntado por el traspaso de Pedro Díaz. La pregunta se refería más bien a saber la motivación por la que el futbolista de Siero había solicitado su venta a un equipo de la Segunda división francesa, el Girondins de Burdeos. 

Ha sido una constante desde la llegada del Grupo Orlegi el deseo de retener el talento como clave para el éxito del primer equipo. La propiedad también ha reiterado que no son necesarios los traspasos. Según afirma, no lo era el de Manu García, el de José Gragera y tampoco el reciente de Pedro Díaz. Los dos primeros se fueron a equipos de categoría superior, aunque el de Gragera terminó descendiendo, mientras que Pedro lo hizo para jugar en la misma división de Francia.

Así, esta fue su respuesta cuando fue cuestionado por la confianza en el proyecto que el Grupo Orlegi transmite, así como por la dificultad para mantener el potencial a pesar del futuro alentador que la dirección dibuja. 

"Creo que esto es un poco incoherente con las preguntas que se les hace a los futbolistas y las respuesta que dan. A Róber Pier, que pasa por ser el mejor jugador con balón de la defensa de la de la liga y que tiene muchos minutos en Primera división y Segunda división, le preguntamos por qué has venido este proyecto. Y él responde que es un proyecto ganador", introdujo para explicar el diferente pensamiento entre el jugador que viene de fuera y, en casos como el de Pedro, el que está aquí. 

"Los chicos que vienen de Mareo es totalmente distinto, ya que vienen con una presión desde la base que todo su entorno le está transmitiendo, tiene unas expectativas y unas aspiraciones y lógicamente te encuentras en un equipo que está en Segunda división y que no acaba de dar el salto", asumió. A continuación añadió "que todo eso le influye al futbolista y llega un punto en el que colapsa y ya tiene otras prioridades".

Por último, como autocrítica, finalizó con una reflexión contundente. "Para mí no es un problema de proyecto, sino un problema de que mentalmente estamos viciados y que verdaderamente desde Mareo no hemos sabido tratarlo entre todos. Llevamos apenas un año y no hemos sabido convencerles de que de nuevo, una vez más, estén con nosotros, porque ya vienen maleados desde la base".