La pizarra: Por fin funcionaron los cambios
Las sustituciones introducidas por Luis Carrión en la segunda mitad fueron claves para conseguir la victoria
“El once que sacaremos mañana rendirá a la perfección y sobre todo es importante también que los cambios mejoren al equipo". Esas eran las palabras de Luis Carrión en la previa. Dicho y hecho. El Real Oviedo no tuvo su mejor tarde en la primera mitad pero mejoró considerablemente tras el paso por los vestuarios y, sobre todo, cuando el técnico catalán empezó a agitar el banquillo.
Y esa evidencia se ve claramente en las estadísticas del encuentro. En los primeros 45 minutos, el Oviedo solo realizó un disparo. En la segunda, los carbayones probaron fortuna hasta en ocho ocasiones, siendo seis de ellos a puerta. Luis Carrión ordenó a los laterales ser más profundos y el equipo salió con otra cara. Borja Bastón disfrutó de hasta dos ocasiones muy claras para poner el 1-0, pero no estuvo acertado a puerta.
Y mientras tanto, Carrión mandaba calentar a un Santi Cazorla que rápidamente se preparó para saltar al campo. Y en el minuto 66 entraron dos de los principales protagonistas de la victoria azul: el propio Santi y Sebas Moyano. El Oviedo comenzó a embotellar al Huesca y en ese contexto, el técnico carbayón vio con buenos ojos darle por primera vez media hora al ‘8’. Y le dio la razón.
Cazorla empezó a distribuir el balón con mucho criterio, con cambios de orientación al pie, tanto con la derecha como con la izquierda. A pesar de no estar al 100% físicamente, su gran calidad se nota hasta en aspectos tan simples como los controles de balón. Para los rivales es muy difícil saltar a presionar a un futbolista como él, que se maneja a las mil maravillas con las dos piernas y que ya tiene en su cabeza la próxima jugada. 100% de acierto en desplazamientos en largo (7/7) y el Oviedo empezó a encontrar espacios.
Cazorla le dio otra cara al equipo, sobre todo en salida de balón, pero el Huesca se mostraba sólido atrás, con una línea bien marcada de cinco hombres que dificultaba al Oviedo. Pero Carrión fue a por el partido con otro cambio ofensivo. Ibarra, ya recuperado, entró por Oier Luengo, y Viti pasó al lateral derecho. La presencia del ecuatoriano fue importante porque consiguió tener profundidad y amenazar al espacio por la banda izquierda. Y a partir de un gran movimiento suyo el Oviedo consiguió anotar el primero.
El propio Ibarra tiró un desmarque, desplazó a un defensor y Cazorla lo aprovechó para abrir a la banda izquierda y dejar en una posición ventajosa a Abel Bretones. El langreano tuvo espacio y tiempo para tomar una buena decisión y sacó un buen centro que mejoró notablemente su receptor: Sebas Moyano. El cordobés se anticipó a Pulido e hizo fácil una acción que no lo es. Recibir un balón botando y conseguir zafarse del defensor con un sutil giro. Y ahí, solo ante el meta rival, definió a la perfección para el 1-0 definitivo.
Su gol fue muy importante para el Oviedo, pero también para él, que quería reivindicarse tras dos jornadas consecutivas partiendo desde el banquillo. Tras el gol, el conjunto carbayón no se arrugó y siguió buscando la meta rival, aspecto que poco a poco va introduciendo Luis Carrión a los suyos. Y en otra de esas carreras de Romario Ibarra, se la cedió atrás a Moyano y pudo anotar el segundo, pero el larguero se lo impidió.
En el 87’, Carrión no quiso arriesgar con Luismi (tenía amarilla) y, por segunda jornada consecutiva, completó el cupo de cambios con la entrada de Pomares y Jimmy. Y tras la euforia de la victoria, el conjunto azul tendrá que afrontar un exigente encuentro ante el Leganés y previsiblemente tendrá que realizar rotaciones para que no se note la carga de minutos. El banquillo dio un paso adelante ante el Huesca y tendrá otra oportunidad para demostrar qué están listos para afrontar el reto y aportar al equipo.