Los rivales siguen permitiendo fallos al Sporting

La temporada del Sporting de Gijón la siguen 'salvando' otros. El equipo rojiblanco sigue esquivando la zona peligrosa de la tabla, aunque no por méritos propios. Los rivales de la zona de descenso continúan fallando y el Sporting sigue sumando aire de cara a la permanencia en Segunda división. Esta jornada ya sabe que todo será positivo. El único equipo con capacidad para recortar no lo hizo, dejando correr una jornada más en el calendario. Algo que se observó con alivio desde Gijón y, también, desde Málaga. 

Pese a explicar José Luis Martí este mediodía que lo que hiciera el Amorebieta no iba a influir en la moral de las tropas rojiblancas, seguro que estuvo pendiente de lo que ocurría en el Reale Arena con el equipo de Urritxe. El principal perseguidor rojiblanco se enfrentaba a otro equipo de la zona roja de la tabla como el filial de la Real Sociedad. Una victoria visitante hubiera dejado al Sporting a cuatro puntos del abismo. Afortunadamente, el Amorebieta no sumó puntos y la distancia sigue siendo de siete puntos. 

Pintó muy mal el mediodía en el inicio. El Amorebieta comenzó asediando en casa del filial donostiarra. Dispuso de las mejores ocasiones para adelantarse. Incluso, erró un penalti. Zubiaurre detuvo la pena máxima a Guruzeta. El meta también se interpuso en el resto de ocasiones de las que dispuso el equipo dirigido por Mujika. Dispuso de muchas más ocasiones, incluido un larguero del propio Guruzeta. No entraban los balones del Amorebieta, sí lo hicieron los de la Real Sociedad B. 

Alex Sola y Roberto López, de penalti, abrieron la ventaja donostiarra antes de irse al descanso. Ya en la segunda parte, el Amorebieta recortó distancias por medio de, ahora sí, Guruzeta. Se volcó el cuadro visitante para lograr, al menos, puntuar. Pero el larguero de nuevo y la falta de puntería sirvieron de alivio para el Sporting. Los rojiblancos afrontarán la jornada con siete puntos de ventaja con el abismo y con quince puntos en juego. Conseguir la victoria en Almería sería el paso de gigante definitivo para lograr la permanencia en Segunda división. Una categoría en la que el Sporting seguirá. No por méritos propios. Más bien, por demérito del resto.