Rober Canella anuncia su retirada: "Por mí seguiría jugando eternamente, pero no puede ser"

Todo tiene su final. Y las lesiones han querido acelerar el de Roberto Canella. El excapitán del Sporting de Gijón y actual jugador del Marino de Luanco se ha despedido este domingo del fútbol. Lo hace a los 35 años y dejando tras de sí una carrera plagada de mucho fútbol, mucha entrega y mucho reconocimiento. Desde la Escuela de Fútbol de Mareo alcanzó el primer equipo hasta conseguir ser capitán de su Sporting de Gijón. El club con el que compitió durante 12 temporadas y al que defendió durante 313 tardes. 

Una vez abandonó Mareo, Canella siguió por la zona norte. Completó tres temporadas en el Lugo, con una intermitencia marcada por las lesiones. Las mismas que le acompañaron en el Calahorra y en su última etapa en el Marino de Luanco. En Miramar llegó a completar unos pocos minutos hasta que el de Pola de Laviana decidió cortar. A través de las redes sociales, el lateral ha querido despedirse del mundo del fútbol con unas sentidas palabras. 

"A través de estas líneas quiero públicamente despedirme de la que ha sido mi profesión, a la vez que mi pasión, durante los últimos años de mi vida. Me ha llegado el momento de colgar las botas. Las lesiones son parte del discurrir del fútbol y lamentablemente no me han sido ajenas, al punto de que me obligan a firmar este adiós (que me disculpe por ello el Marino de Luanco). No puedo negar que por mí seguiría jugando eternamente, pero la realidad es la que es.

Como parte de la misma está en mi mente el repaso a tantos años colmados de alegrías y no puedo negar que también de alguna lágrima. He tenido la fortuna de disfrutar de compañeros inolvidables, ejemplos de nobleza, profesionalidad y entrega. A ellos quiero darles las gracias, al igual que a los técnicos que desde niño, escalón a escalón, me ayudaron a luchar por ser cada diia mejor jugador.

Me afloran los recuerdos de mis primeros entrenamientos en Mareo cuando no era más que un niño. Prácticamente lo era también cuando me integré en el primer equipo sportinguista al regreso de la Selección Española Sub19, recién proclamada campeona de Europa. Se abría una etapa inolvidable para mí. Son tantos recuerdos y emociones que me hacen difícil retener las lagrimas, especialmente porque se me juntan con los agradecimientos que también debo a directivos, médicos, fisios, utilleros y trabajadores de los clubes por los que pasé, con el Sporting siempre en el epicentro de mi corazón.

No puedo olvidarme tampoco de la afición, por la que siempre me he sentido querido, tanto en los mejores como en los peores momentos. Apoyado por la grada y respetado por los medios de comunicación, a los que asimismo extiendo mi agradecimiento. Y de manera especial, desde lo más hondo de mi corazón lavianés, quiero rendir mi más profundo cariño y reconocimiento a mi familia, entrañable y extraordinaria, engrandecida con el amor de mi mujer. Son muchas las gracias que doy, pero no sería justo si no procediera así, porque son muchas las vivencias que guardo en mis entrañas tras tantos años como profesional del fútbol y confeso sportinguista.
En mi adiós como futbolista, ¡gracias!"