Un 2022 de cambios y con la miel en los labios
El Real Oviedo cierra un año en el que tuvo tres entrenadores, tres directores deportivos y hasta un cambio de propiedad
Real Oviedo.
Ni tan siquiera cuando el resultado acompaña, el Real Oviedo tiene un año tranquilo. Tres entrenadores, tres directores deportivos y hasta un cambio de propiedad en un 2022 que, a excepción del tramo en el que Bolo estuvo en el banquillo, tuvo más alegrías que sinsabores.
El 2021 terminó con un partido el día de Nochevieja ante la Ponferradina que situaba a los de Ziganda en zona de 'play off' de forma provisional. Sin embargo, la regularidad mostrada por el conjunto carbayón no era suficiente para asaltar la promoción. Abonados al empate, era muy difícil situarse entre los seis primeros. La diferencia con el sexto no era grande, pero no había forma de recortar diferencias.
El colmo de la frustración llegaba el 13 de febrero. El equipo asturiano recibía al Huesca y en una primera media hora de juego primorosa, los carbayones mandaban 3-0. Hubo un palo para el cuarto, pero el partido acabó en empate. No fue el único encuentro en el que se escapó el play off. La derrota ante el filial de la Real Sociedad en casa y el traspiés en Montilivi desmotivaron a la hinchada. Era la primera vez que los asturianos perdían dos encuentros de forma consecutiva.
En este contexto, muchos aficionados pensaban que el Oviedo terminaría por descolgarse de la promoción. Sin embargo, una espectacular racha de seis triunfos seguidos en el tramo final permitía soñar al oviedismo. El futuro del Real Oviedo dependía de lo que hiciera en la penúltima jornada ante Las Palmas. Si no perdían en las Islas Canarias, dependerían de sí mismos para jugar la promoción. Pese a comenzar ganando, no fueron capaces de puntuar y parecía que el sueño se había acabado.
Tal era el desánimo, que las cuentas tenían que esperar. Hasta el miércoles no volvía a despertarse la ilusión. El Oviedo tenía que ganar al Ibiza y esperar a que el Girona perdiera en Burgos. La otra opción pasaba porque el Sporting le hiciera un favor a su eterno rival, algo que no parecía factible. En esa última jornada, hubo un recibimiento al autobús y más de 20.000 personas en el Tartiere. Los azules hicieron los deberes con un penalti en el tiempo añadido, pero la suerte en el resto de campos no acompañó.
Días antes, Rubén Reyes, dejaba de ser director deportivo del Real Oviedo tras fichar por el Getafe en una maniobra que la grada entendió como desleal y que así se lo hizo saber con cánticos durante el transcurso del algún encuentro. Ziganda, acabada la campaña, no recibió ninguna oferta del club y se fue al Huesca. Jon Pérez Polo, ex de la Ponferradina, era el nuevo entrenador del Real Oviedo y Tito Blanco, nuevo director deportivo. Sin embargo, la etapa de ambos en el cuadro carbayón fue muy breve.
Esa fue la última herencia de Carso. El 26 de julio, el Consejo Superior de Deportes emitió la resolución definitiva que validaba la operación con la que el Grupo Pachuca se convertía en el máximo accionista del club. Según lo que rezaba el comunicado emitido por el club para anunciarlo oficialmente, se buscaba "continuar avanzando y creciendo como institución deportiva".
El elevado ritmo de la campaña de socios ponía de relieve la ilusión que se respiraba en el oviedismo. La pretemporada no permitía hablar de buenas sensaciones, pero solo eran ensayos. No había gol, pero ya llegaría. El día del debut liguero, sin embargo, tampoco se marcó y el Oviedo acabó perdiendo ante un recién ascendido como el Andorra. Los siguientes 7 de 9 puntos cosechados solo eran un espejismo. El equipo iba de más a menos y acabó haciendo el ridículo ante el Cartagena en casa.
A Bolo se le agotaba el crédito, pero se abogó por no cesarlo a la espera de una reacción que nunca llegó. El 16 de octubre tras perder en Albacete se optaba por una solución drástica: se rescindía el contrato del técnico y del director deportivo. En este contexto, Álvaro Cervera y Roberto Suárez llegaban para ocupar ambas carteras respectivamente.
Los resultados con el nuevo técnico no tardaron en llegar. Si solo se tuvieran en cuenta los obtenidos por Cervera, el Oviedo sería quinto. Cogió a un equipo en descenso y gracias a la solidez defensiva, termina el año con 6 puntos de margen sobre los puestos de descalabro. Además, concluyó el año con la gran alegría de ganar el derbi asturiano en el Carlos Tartiere. Antes, en abril, los carbayones también vencían en El Molinón.
Al buen rendimiento en la liga, hay que sumarle la esperanza por alargar su camino en la Copa del Rey. El Oviedo venció en primera ronda a la Gimnástica de Torrelavega (2-3), y en la segunda al Granada (1-0). Ahora espera el Atlético de Madrid, el primer rival de los azules en 2023. Un año que el oviedismo afronta con la ilusión disparada.
