No se le da bien al Sporting el 'mercado de los enfadados'. De este modo, denominaba Miguel Torrecilla, exdirector deportivo rojiblanco, a la ventana de fichajes invernal. Esa en la que llegaban jugadores enfadados porque no estaban contando con minutos en sus respectivos equipos. En ese espacio, busca Javi Rico un delantero que complemente a Uros Djurdjevic. Echando la vista atrás, los precedentes no resultan optimistas para el Sporting de Gijón. De los últimos refuerzos invernales para la punta del ataque, solo uno llegó a funcionar. El resto resultó ser pan para hoy, hambre para mañana.
En el invierno de 2008, el equipo que comandaba Manuel Preciado buscaba un delantero en el mercado que complementara la labor ofensiva de David Barral. El refuerzo fue un viejo conocido. Mate Bilic regresaba al club que bien conocía de su primera etapa en 2004. El croata regresó a Gijón por la puerta grande. Anotó 10 goles en 22 partidos y fue parte clave del equipo que logró el ascenso a Primera división. Una rara avis en los mercados invernales del Sporting en cuanto a delanteros se refiere.
Desde la segunda incorporación del delantero de Split, el Sporting ha vuelto a acudir en busca de delanteros a la ventana invernal en numerosas ocasiones. Ya en Primera, el conjunto rojiblanco incorporaba en el invierno de 2012 a Adrián Colunga, cedido por parte del Getafe. Como otros muchos, llegó sobre la bocina. En un equipo que adolecía la falta de gol, el delantero ovetense tampoco fue la solución necesaria. Tres goles en los 17 partidos que disputó fue el balance de un Colunga que fue parte del equipo que, de la mano de Javier Clemente, descendería de nuevo a la Segunda división.
Hay que volver a Primera para encontrar al siguiente atacante que llegó en invierno. Quizás, el más estrambótico de los que se recuerdan en Gijón. En el último día del mercado invernal de 2017, aterrizó en Gijón un gigante de 2,03 metros con el nombre de Lacina Traoré. Cedido por todo un Mónaco junto a su inseparable amigo Elderson, Lacina llegaba dispuesto a marcar las diferencias y ayudar al Sporting a mantener la categoría. Ni una cosa, ni la otra. Traoré consiguió dos tantos en su etapa en Gijón y el equipo volvía a descender a la Segunda división. Otra incorporación fallida.
De vuelta a la división de plata, el Sporting acudió tres veces al mercado invernal para traerse un '9' de vuelta. En el año del aterrizaje en Segunda, Torrecilla logró la cesión en invierno de Nano Mesa. El canario, con buen cartel, no pudo complementar lo suficiente a la gran temporada goleadora de Michael Santos y, con dos tantos, se volvía para Eibar. Otra cesión llegaría la temporada siguiente. Quizás fue el delantero que mejor funcionó con Uros Djurdjevic. Alex Alegría fue un buen complemento para el primer año de Djuka en el Sporting. El espigado delantero, pese a solo lograr tres goles, hizo marcar a Djuka. Algo es algo. Pero tampoco llegó a calar y abandonó Gijón al final de la campaña con los objetivos por cumplir.
La última incorporación invernal para el ataque todavía perdura en la plantilla. Víctor Campuzano llegaba también sobre la bocina del pasado mercado invernal. Su primer año en Gijón lo coloca, por el momento, entre las incorporaciones fallidas del mercado invernal. Algo que espera revertir en el momento que los problemas físicos le den una pequeña tregua. Tras sufrir seis lesiones desde su llegada al Sporting, el catalán apunta a ser un refuerzo para la delantera rojiblanca en la que Javi Rico continúa trabajando arduamente para lograr un complemento de garantías. Con lo visto en los últimos mercados, el director deportivo tampoco deberá atinar mucho el tiro para mejorar lo reciente.
