Un reencuentro, sin rencores, diez meses después
Jon Pérez Bolo, actual entrenador del Burgos, se enfrentará por primera vez al Real Oviedo tras su destitución el pasado mes de octubre: "Fueron solo tres meses, pero muy intensos"
Cuenta atrás para la tercera etapa en Segunda División. Una jornada en la que el Real Oviedo volverá a tener una nueva oportunidad para reivindicarse, después de los dos primeros pinchazos. La derrota ante el Tenerife y el empate ante el Racing de Ferrol pueden quedar atrás en la retina del oviedista si el equipo de Álvaro Cervera consigue los tres puntos ante el Burgos en El Plantío (sábado, 17 horas).
Un partido en el que los carbayones se medirán a su exentrenador Jon Pérez Bolo. El bilbaíno volvió a los banquillos este verano para asumir las riendas del conjunto burgalés, tras la salida de Julián Calero. Bolo no dudó en aceptar el difícil reto de olvidar al técnico madrileño que tan buen regusto dejó en El Plantío en las últimas tres temporadas.
Por el momento, el preparador vasco no ha conseguido dar con la tecla en estas dos primeras jornadas en las que ha conseguido el mismo balance que los azules: un empate en casa ante el Huesca (1-1) y una derrota a domicilio frente al Levante (3-2). Un pobre bagaje que también ha sembrado las dudas a orillas del Arlanzón, y que espera dejar atrás este mismo fin de semana.
Así todo, Bolo sabe que no lo tendrá sencillo ante su exequipo. "Será un partido difícil, como todos en esta categoría. Creo que han hecho una gran plantilla, con jugadores que repiten y se conocen muy bien. Además, tienen a un gran entrenador que ha conseguido grandes números el curso pasado y que a punto estuvo de meterse en los puestos altos de la tabla", comentó el entrenador bilbaíno en la rueda de prensa previa al encuentro.
El enfrentamiento de este sábado en Burgos será especial para Jon Pérez Bolo, ya que será la primera vez que se enfrente al Real Oviedo tras su destitución como técnico azul en octubre del año pasado, hace ya 314 días. Una salida un tanto traumática si bien se produjo junto a la del director deportivo, Tito Blanco. "Fueron solo tres meses, pero muy intensos. Allí me han tratado muy bien, tanto dentro del club como en la ciudad. Pero los resultados son los que mandan", expresó.
El vasco fue fulminado después de once jornadas en las que consiguió dos victorias, cuatro empates y cinco derrotas, un balance que precipitó a los carbayones a los puestos de descenso. "Lo malo siempre hay que borrarlo. Al final, conseguí hacer buenas amistades y es con lo que me voy a quedar. Íbamos con mucha ilusión, pero no salió bien. Una vez termine el partido, les deseo toda la suerte del mundo", manifestó.
El entrenador del Burgos también tuvo buenas palabras para Santi Cazorla, el futbolista del momento en la categoría de plata. "Es un jugador que lo ha conseguido todo en el fútbol y un ídolo en Oviedo. Sin duda que es un motivo de alegría para ellos. Es un fichaje importante para la Segunda División, y creo que es una gran noticia para la categoría que cuente con futbolistas con ese currículum", agregó.
Centrado ya en el encuentro de mañana, el entrenador vizcaíno no se fía de los azules y sabe muy bien cuáles son sus puntos fuertes. "Tenemos una idea de lo que nos podemos encontrar. Con el Oviedo no puedes cometer ningún fallo porque lo va a aprovechar. Los equipos de Cervera son duros, difíciles de meterles mano. Tienen jugadores con mucha experiencia y calidad, y con buenas cualidades a balón parado", concluyó.