Arturo Elías, el ascenso y una conversación recurrente en el oviedismo

Un mensaje del segundo máximo accionista del Real Oviedo reabrió ayer sábado el debate sobre el modelo de propiedad y reflejó las dos sensibilidades que conviven en la afición azul

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Arturo Elías en el Estadio Carlos Tartiere.
Dom, 28/12/2025 - 21:46

Parte del oviedismo volvió a mirarse al espejo ayer sábado a través de las redes sociales. Un mensaje publicado por Arturo Elías Ayub reabrió un debate que nunca ha terminado de apagarse: el modelo de propiedad del Real Oviedo y el papel del Grupo Pachuca al frente de la entidad. Una respuesta breve, irónica y cargada de simbolismo que encontró rápidamente eco en la plataforma social X.

Todo se originó a raíz de la interpelación directa de un aficionado, que reclamaba la salida de Pachuca del club y apelaba al propio Elías como figura clave del pasado reciente del Oviedo. La contestación llegó horas después y no pasó desapercibida: "Sí, por favor perdóname que los deje con quienes nos ascendieron a Primera División", acompañada de un emoji de manos en gesto de súplica. El mensaje superó con rapidez las decenas de miles de visualizaciones y avivó un debate latente.

Conviene recordar el contexto de quien emitió la respuesta. Arturo Elías Ayub es el segundo máximo accionista del Real Oviedo, presidente del Grupo Carso y mano derecha de Carlos Slim. En el verano de 2022 vendió parte de su paquete accionarial, permitiendo que Pachuca se convirtiera en el máximo accionista del club. De ahí que su respuesta no se interpretara solo como una réplica personal, sino como una defensa implícita del proceso que desembocó en el actual modelo de gestión.

A partir de ahí, las redes reflejaron dos sensibilidades bien definidas dentro del oviedismo. Por un lado, quienes respaldan el proyecto de Pachuca y recuerdan que bajo su paraguas llegó el ansiado ascenso a Primera división tras 24 años de espera, defendiendo la estabilidad institucional y la inversión realizada. Por otro, una corriente crítica que cuestiona decisiones recientes, la sensación de distancia con la grada y el temor a que el club pierda parte de su identidad histórica.

El mensaje de Elías no hizo sino poner palabras -o al menos gestos- a una discusión que va más allá de un simple cruce en X. Es el reflejo de un oviedismo exigente, agradecido por lo conseguido, pero también vigilante con su futuro.