Calleja, ahora te toca a ti

Los esfuerzos de Pachuca y la dirección deportiva del Oviedo por hacer una plantilla más competitiva distan mucho del rendimiento esperado en estas tres primeras jornadas

Imagen
Javi Calleja
Javi Calleja, entrenador del Real Oviedo
Sáb, 31/08/2024 - 21:02

Decía José Alberto López, técnico del Racing de Santander, que el Real Oviedo es "uno de los favoritos al ascenso directo, por plantilla e inversión". Lo dijo en la previa del partido de anoche y también con posterioridad, después de abofetear a los azules en su propia casa. Aunque lo que exprese el rival hay que cogerlo con pinzas (el halago, en muchos casos, trata de debilitar), la opinión del ovetense es compartida por muchos. Incluso en Oviedo.

En los pasillos del Carlos Tartiere, donde ayer los oviedistas volvieron a encontrarse más de dos meses después, los elogios hacia la plantilla se repartían como churros. Los Del Moral, Hassan, Chaira o incluso, el que queda por llegar, Viñas, acaparaban muchas conversaciones en los vomitorios, acompañado por un gesto de ilusión propio de cada mes de agosto, cuando el melón aún está por abrir.

La dirección deportiva del Real Oviedo trabajó duro por confeccionar una plantilla equilibrada y que diera respuesta a las bajas difíciles de reemplazar de Leo Román, Bretones, Viti o Bastón, pichichi del equipo en las últimas tres temporadas. Agustín Lleida y Roberto Suárez se pusieron el mono de faena y junto a Jesús Martínez, que lideró alguna operación desde México - como la de Paraschiv, Paulino, Hassan y Fede Viñas -, realizaron hasta once incorporaciones.

Nuevamente, al igual que el verano pasado, la anticipación fue clave para llevar a cabo alguna operación en la que otros clubes de Segunda habían metido su hocico. Jugadores como Del Moral, Sibo, Rahim, Dotor o Chaira, muy jugosos para la categoría, llevan el sello de Suárez y Lleida. Al igual que las incorporaciones de Escandell o Lemos, que aportan ese toque de experiencia necesario en cualquier plantilla. La guinda fue Fede Viñas, un fichaje inalcanzable a todas luces de no haber sido por dos razones: una rotura del tendón de Aquiles de la que trata de recuperarse y estar bajo la tutela de un grupo que genera este tipo de sinergias.

No menos ilusión despertó la llegada de Javi Calleja al banquillo, que aplacó los llantos de las viudas que había dejado Luis Carrión. Su currículum y una propuesta de juego continuista a lo visto hasta aquel fatídico 23 de junio en Barcelona convencían a la afición oviedista de que el madrileño era la opción ideal para olvidar cuanto antes al catalán.

El Oviedo parecía convencer al inicio de la pretemporada, pero despidió el verano con un sabor amargo. Una vez comenzada la competición, carrusel de emociones: un Oviedo práctico en La Coruña, superviviente en Castellón y maltratado ante el Racing de Santander. Por el momento, el equipo no ha demostrado una seña de identidad, más allá de la sensación de incertidumbre, todavía acentuada tras la pesadilla de la pasada noche en el Carlos Tartiere.

Aún navegamos en la tercera jornada y por el momento es pronto para que se enciendan los chivatos del salpicadero. Basta con echar la pelota al suelo, mirar al frente y trazar la hoja de ruta más práctica hacia la ilusión. Mimbres hay, es cuestión de tiempo de que este Oviedo acabe sonando afinado. Es turno del director de orquesta. Calleja, ahora te toca a ti.