De Tabárez a Almada: El hilo uruguayo que se recupera en el Tartiere

Casi tres décadas después de la etapa de Óscar Washington Tabárez, el club azul vuelve a apostar por un técnico charrúa en un escenario deportivo completamente distinto

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Almada
Mié, 24/12/2025 - 10:00

El Real Oviedo vuelve a hablar con acento uruguayo muchos años después. La llegada de Guillermo Almada al banquillo azul no solo abre una nueva etapa deportiva, sino que también recupera un hilo histórico que llevaba demasiado tiempo dormido en la entidad azul. Desde la temporada 1997/98, cuando Óscar Washington Tabárez dirigió al equipo, el club no había vuelto a confiar su primer equipo a un técnico charrúa.

Aquella etapa de Tabárez -ilustre técnico de la selección de Uruguay- pertenece a otro fútbol y a otro Oviedo. El técnico completó la temporada 1997/98, que terminó con el conjunto azul salvando la categoría en una agónica promoción de descenso ante la UD Las Palmas. Fue un curso cargado de tensión, en un contexto muy distinto al actual, pero que también exigió sangre fría y capacidad de gestión en los momentos límite.

El escenario que encuentra ahora Almada es radicalmente diferente. El Oviedo llega a esta nueva etapa inmerso en una dinámica complicada y con la necesidad inmediata de reconstruir confianza, identidad y competitividad. El técnico uruguayo aterriza en el Tartiere con experiencia, recorrido internacional y una idea clara de trabajo, algo que ya dejó entrever en sus primeras comparecencias, en las que transmitió seguridad y conocimiento del contexto al que llega.

Más allá del simbolismo, el regreso de un entrenador uruguayo al banquillo del Oviedo conecta con una forma muy reconocible de entender el fútbol: intensidad, compromiso colectivo y convicción en el trabajo diario. Almada no hereda un legado directo de Tabárez, ni pretende hacerlo. La distancia temporal y deportiva entre ambas etapas hace innecesaria cualquier comparación forzada. Lo que sí comparten es la responsabilidad de asumir el mando en momentos complejos.

El Tartiere, testigo de tantas historias, vuelve así a escuchar un acento que llevaba casi 30 años ausente. No se trata de mirar al pasado con nostalgia ni de buscar paralelismos que condicionen el presente. Se trata de entender que, en medio de un momento delicado, el Oviedo ha apostado por un perfil con personalidad, experiencia y firmeza en sus ideas. El tiempo dirá hasta dónde llega la etapa de Almada, pero su llegada ya ha devuelto al club una conexión histórica que permanecía olvidada.