El camino intermitente, y ya concluido, de Koba Lein

A Koba Lein ya se le agotó el crédito en el Real Oviedo. Una lesión muscular en el isquiotibial de su pierna derecha, producida en el duelo ante el Sporting, le anticipó el final de su etapa en el conjunto de la capital del Principado. El francés ya no podrá estar junto a sus compañeros en estos dos últimos partidos que restan para concluir el campeonato, ya sin nada en juego para los azules.

Salvo un capricho del destino, Koba Lein, cedido por el Valencia, no volverá a vestir la camiseta del Real Oviedo, si bien el 30 de junio finalizará su vinculación con el club carbayón. Su rendimiento intermitente durante el curso no invita a que la dirección deportiva azul intente prorrogar la cesión, como sí podría ocurrir con Raúl Moro, por ejemplo.

El galo, que llegó a Oviedo con buen cartel, pasó por muchas fases a lo largo del campeonato. Sin embargo, nunca ha conseguido asentarse en el once inicial. Al principio de temporada, Jon Pérez Bolo apostó por el francés en el doble pivote junto a Luismi, pero su participación en el once, además de efímera, no sirvió para que los azules comenzarán con buen pie el curso. Pronto Koba quedó relegado a un segundo plano.

La llegada de Álvaro Cervera tampoco ayudó. El guineano sabía que el Oviedo debía de crecer a partir de un planteamiento más ordenado que el de Bolo, por lo que Koba no encajaba en ese esquema. El francés no se caracteriza principalmente por ser un futbolista sacrificado sin balón, cuestión indispensable para ganarse el puesto con Cervera. Todo lo contrario. Su capacidad de desborde y agilidad con el balón le hacen funcionar si está despreocupado de labores defensivas, lo que le aleja de la idiosincrasia del guineano. Además, las lesiones le privaron de poder demostrar que podía ser útil para el equipo.

A sus 21 años, Koba Lein volverá a Paterna para desde ahí, relanzar su carrera. O bien en el Valencia, su club de origen, algo remoto a priori, o bien de nuevo en Segunda División. Antes de emprender el viaje de vuelta, el galo ha querido despedirse de sus compañeros y de la afición del Real Oviedo, consciente que su etapa en el Carlos Tartiere ya ha concluido. Estas han sido sus palabras:

"No ha sido un año del todo bueno con las lesiones que tuve, pero agradecido siempre al Real Oviedo por la confianza de poder competir y llevar este escudo. A la afición y el Carlos Tartiere por su ambiente y su apoyo y sobre todo a mis compañeros por compartir su vestuario y haber tenido muchos momentos buenos. Os deseo mucha suerte para los dos partidos que quedan y para el futuro. Aquí tenéis un oviedista más. Hala Oviedo".