El margen de mejora que aun guarda el Oviedo

El curso del Real Oviedo ha dejado hasta ahora una sensación compartida: hay futbolistas importantes cuyo impacto real todavía no se ha traducido en números determinantes. No se trata de señalar, sino de entender. De jugadores llamados a marcar diferencias a los que el equipo necesita un punto más para dar el siguiente paso competitivo.

En el caso de Fede Viñas, los datos reflejan un rendimiento que aún no ha encontrado continuidad en el área. El uruguayo suma 14 partidos (nueve como titular) y 850 minutos, con un gol, precisamente desde el punto de penalti. Ha intentado 12 disparos, seis entre palos, y participa con 179 pases a un 74,3% de acierto, cifras que hablan de implicación más allá del remate. Con la llegada de Almada y su regreso a la posición de delantero centro, el contexto invita a pensar en una mejora de sus cifras goleadoras, algo que su trayectoria avala y que ya mostró incluso actuando en banda con Carrión.

Algo similar ocurre con Ilyas Chaira, fijo en los planes de todos los técnicos y habitual partiendo desde la izquierda para perfilarse hacia dentro. Ha disputado 15 encuentros (12 como titular) y 876 minutos, pero todavía no ha logrado ver puerta ni firmar asistencias. Sus 14 tiros, ocho entre los tres palos, reflejan presencia ofensiva, mientras que su aportación defensiva -con ayudas constantes al lateral- sigue siendo incuestionable. El siguiente escalón pasa por traducir su influencia en goles y pases decisivos, como ya logró la pasada temporada en Segunda.

En la medular, Alberto Reina representa la polivalencia y el equilibrio. Ha participado en 16 partidos (10 como titular), acumulando 790 minutos, con un gol y un notable volumen de juego: 374 pases, con un 83,9% de precisión. Capaz de actuar como pivote o mediapunta, su rendimiento ha sido positivo cuando ha tenido continuidad, aunque se espera que dé un paso más en influencia ofensiva, especialmente en el último tercio, donde el Oviedo necesita mayor claridad.

Más físico y sostenido es el rol de Santiago Colombatto, pieza fija en el doble pivote. Con 13 partidos (11 como titular) y 983 minutos, el argentino destaca por su despliegue y fiabilidad: 497 pases al 85,7%, 45 recuperaciones y un notable volumen de duelos. Su gran margen de mejora está con balón, en la capacidad para acelerar el juego y asumir mayor protagonismo creativo, un salto que puede elevar el rendimiento colectivo del centro del campo.

Por último, Nacho Vidal sigue siendo una garantía en el lateral derecho cuando la salud le respeta. Ha sido titular en 12 de los 17 partidos disputados, sumando 981 minutos, con un notable compromiso defensivo -38 recuperaciones y 58,5% de duelos ganados-. El siguiente reto pasa por ganar atrevimiento en campo rival, con más profundidad y centros desde el último tercio, una vía de crecimiento clara para su juego.

Cinco nombres distintos, cinco realidades diferentes, pero una misma conclusión: el Oviedo tiene margen de mejora dentro de su propio vestuario. El talento está, los minutos también. Falta que el rendimiento termine de reflejarse donde más pesa: en el marcador y en los momentos decisivos.