El Sporting rechazó a un premio Pulitzer
El afamado fotoperiodista asturiano Manu Brabo asegura que se ofreció al Sporting para hacer un reportaje sobre la cantera y el entorno, sin obtener respuesta por parte del club
Nacido en Zaragoza, asturiano de pro. La vida de Manu Brabo es de esas que trasciende fronteras y reconocimientos. Uno de los fotoperiodistas más afamados de nuestro país ha utilizado sus redes sociales para contar un hecho acontecido hace unos meses. Lo hace desde Ucrania, desde donde trabaja para The Wall Street Journal cubriendo la invasión rusa. Sus fotografías, tan espectaculares como siempre, cerca estuvieron de tener otros tintes. Unos colores mucho más rojiblancos.
"Hace unos meses le ofrecí al equipo de mis amores hacer un trabajo en profundidad siguiendo al equipo y a la afición. A la cantera, al equipo femenino, a los veteranos, utilleros, jardineros, speaker... Su relación con la ciudad. Y aquí estoy en Ucrania", cuenta Manu Brabo en su perfil de Twitter. El equipo al que hace referencia es el Sporting de Gijón En numerosas ocasiones, ha reconocido ser un apasionado aficionado rojiblanco. Sin embargo, el ofrecimiento del fotoperiodista no tuvo efecto. El Sporting no cogió el guante y Manu Brabo se fue a Ucrania para seguir con su labor. Mucho más necesaria que un trabajo en profundidad del Sporting.
Hace unos meses le ofrecí al equipo de mis amores hacer un trabajo en profundidad siguiendo al equipo y a la afición. A la cantera, al equipo femenino, a los veteranos, utilleros, jardineros, speaker... Su relación con la ciudad. Y aquí estoy en Ucrania.
— Manu Brabo (@ManuBrabo) April 29, 2022
Sin poder realizar el trabajo para "el equipo de sus amores", Manu Brabo continúa recogiendo reconocimientos internacionales por su labor. En Ucrania, Manu continúa reflejando el horror de una guerra, algo que no es nuevo para él. Ya estuvo en Kosovo o en Libia. En este último, en 2011, fue secuestrado, causando un gran revuelo en la sociedad asturiana. Sporting y Oviedo llegaron a saltar al campo con camisetas pidiendo su liberación. Más de un mes después, el periodista fue puesto en libertad.
Aquel episodio no le borró las ganas de seguir trabajando a pie de guerra. En 2013, su labor en la guerra de Siria le condecoró con el premio más grande que se puede obtener en el mundo del periodismo. El premio Pulitzer reconoció el trabajo de un fotoperiodista cuya intención era hacer un reportaje sobre el Sporting de Gijón. Las cosas no salieron y tocó hacer maleta de nuevo. De Mareo a Kiev.