El termómetro de El Molinón vuelve a escena
El estadio rojiblanco, que solo ha bajado en una ocasión de los 20.000 espectadores jugando de fin de semana, medirá el estado anímico de los de Rubén Albés
Luis Manso
La temporada del Sporting de Gijón se adentra en su recta final con los objetivos prioritarios lejos de la mano rojiblanca. Sería necesaria un último sprint de temporada nunca antes visto para que la realidad del club no sea volver a competir un año más lejos de la Primera división. Para los más optimistas, la realidad es la que se quiere ver dentro del vestuario de Rubén Albés. Para mantener esa llama, cada vez más consumida, encendida es necesario que el Sporting se enganche al camino de las victorias. Todo pasa por El Molinón. Un estadio que este fin de semana pondrá el termómetro a la situación rojiblanca.
El paso de las jornadas y la falta de victorias ha generado un sentimiento contrariado dentro del sportinguismo. La sensación de desilusión está instaurada en la afición rojiblanca, golpeada por una temporada en la que las cosas no han salido a la altura de lo que se esperaba. El espejo era alto.
Las expectativas se situaban altas y el Sporting, a día de hoy, no está a la altura. Por eso, la reacción de El Molinón será algo importante para valorar el momento social del club. Todo lo que no sea vencer al Albacete podría ser una gota más dentro del vaso rojiblanco que ya de por sí está acercándose a su tope.
Si hay un bastión dentro del club que no ha fallado este curso, ese es la afición. El Molinón no ha dejado a los suyos en toda la temporada y no amenaza con hacerlo. El estadio rojiblanco es el tercero de la categoría en cuanto a promedio de asistencias (21.362 espectadores por partido de media). Dentro de los números del recinto gijonés, solo hay un borrón. La visita del Córdoba, domingo a las 21:00 horas, deparó la entrada más baja dentro de un fin de semana con 18.746 espectadores.
Sin contar la visita del equipo de Iván Ania, El Molinón ha mantenido la talla de los 20.000 durante toda la temporada siempre y cuando el partido en cuestión se celebre en fin de semana. Ha jugado el Sporting en dos ocasiones fuera del sábado o del domingo en casa, con una entrada de 19.940 (lunes ante el Castellón) y 18.690 (jueves ante el Huesca). Cuando la visita a El Molinón es en un horario habitual, el llamamiento rojiblanco supera los 20.000. Algo a la altura de pocos estadios de la categoría.
Le restan al Sporting cinco partidos en casa este curso. Las visitas de Albacete, Tenerife, Mirandés, Deportivo de la Coruña y Cartagena pondrán el broche a un año de sinsabores en la casa rojiblanca. Al menos, el regusto positivo vuelve a dejarlo la masa social. Un año más, la entrega de la afición vuelve a no entender de momentos deportivos. El domingo le toca al Sporting ponerse el termómetro de El Molinón. En las buenas y en las no tan buenas.