La alegría apenas duró un minuto

Corría el minuto 52 del partido entre el Alcorcón y el Real Oviedo cuando Santi Cazorla acaparó los focos en Santo Domingo. El de Lugo de Llanera esperaba desde la frontal del área rival el pase de Alemão, tras una gran jugada colectiva de los azules. El mediocentro oviedista voleó con pierna derecha y la pelota, tras tocar en Rivas, defensor alfarero, se coló en la portería de Jesús Ruiz.

Los más de 600 aficionados del Real Oviedo desplazados a Santo Domingo celebraron con euforia desmedida el tanto de Cazorla, después de que el futbolista se dirigiera a la grada oviedista para compartir con ellos su satisfacción. Esa alegría desprendida no solo obedecía a que los azules se habían adelantado en el marcador, sino también porque este tanto significaba el primero del jugador de Lugo de Llanera con la camiseta del primer equipo oviedista. Sin embargo, esa felicidad apenas duró un minuto.

Después del 'ok' del trío arbitral de campo al gol de Cazorla, el colegiado valenciano Caparrós Hernández, desde la sala VOR, pidió paso para hablar con el árbitro principal. Y, desafortunadamente para los azules, con razón. Segundos antes del tanto, Alemão había recibido en fuera de juego un pase de Colombatto. Después de varios segundos de incertidumbre, y tras trazar las pertinentes líneas gráficas, Quintero González lo terminó anulando, para desilusión del equipo de Carrión que ya saboreaba el 0-1.

Esta decisión desinfló la euforia de los aficionados del Real Oviedo en Santo Domingo, entre ellos varios familiares de Cazorla. También mermó la de aquellos hinchas que siguieron el encuentro desde la lejanía. En definitiva, todos ellos aguardaban con anhelo ese primer gol de su ídolo después de su fichaje en verano y que tan buena acogida había tenido entre la parroquia azul. Así todo, nadie pierde la esperanza por vivir ese momento esta misma temporada. Mientras tanto, tocará esperar.