La duda de Abelardo para medirse al Racing
El técnico del Sporting debe decidir entre apostar por el sistema que funcionó en Ponferrada o regresar al esquema más utilizado en El Molinón
Las buenas sensaciones que dejó el Sporting de Gijón en la primera parte ante la Ponferradina es la hoja de ruta a la que se aferra Abelardo para conseguir la victoria ante el Racing de Santander. Un partido que se antoja complicado ante un rival en horas bajas. Sin puntuar ni haber conseguido un gol a favor, los cántabros llegarán a El Molinón con una carga extra de presión que les convierte, como el entrenador rojiblanco los definía ayer, en un rival trampa. Para salir del enredo, Abelardo se plantea dos escenarios.
En los dos partidos que acumula el Sporting en casa, el dibujo ha sido el mismo. Djuka y Cristo han actuado como referencias en el ataque. En cambio, El Toralín sirvió presenciar la entrada de un trivote formado por tres jugadores de buen pie, dejando la faceta goleadora en las botas de Djuka. Una variación que funcionó a la perfección, con una primera parte en la que el Sporting despachó un buen fútbol con llegadas constantes. Ahí reside la duda de Abelardo.
En El Molinón y ante un rival que adolece contundencia defensiva, Abelardo podría recuperar la idea de introducir dos referencias ofensivas. En el abanico de posibilidades, al técnico se le ha presentado una nueva opción. La llegada de Uros Milovanovic permite al técnico un nuevo registro. Más altura, más remate y más opciones. El serbio oposita a ser una alternativa para Abelardo tras dejar buenas sensaciones en la semana de trabajo en Mareo.
Aunque resulta complicado tocar lo que da resultado. El buen hacer del trivote ante la Ponferradina invita a pensar que Abelardo vuelva a apostar por Gragera, Pedro y Zarfino para la gestión del centro del campo. El equipo cántabro, como los de El Toralín, introducen dos futbolistas en el centro del campo. En esa pelea, la contundencia mostrada en El Bierzo se antoja ganadora. Abelardo tiene un último entrenamiento para deshojar la flor del once. Una alineación para continuar sumando.