La gran baza de Abelardo

El técnico del Sporting buscará reponerse del golpe de La Romareda en El Molinón, donde ha sumado en el 89% de los partidos que ha dirigido en Segunda

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Abelardo
Abelardo Fernández, en un partido en El Molinón
Mar, 20/09/2022 - 10:11

El primer revés de la temporada busca solución. El Sporting de Gijón encadena dos partidos consecutivos lejos de los puntos, una dinámica extraña para Abelardo Fernández que ha alcanzado por primera vez desde que dirige al Sporting un bache de este estilo. Nunca se había tenido que enfrentar el entrenador asturiano a algo parecido. Para remediar los tropiezos, Abelardo se aferra a su Molinón. Un estadio en el que ha demostrado ser un técnico más que fiable. 

Abelardo acumula 29 partidos como local en Segunda división repartidos en sus cuatro temporadas como entrenador rojiblanco. De ellos, consiguió la victoria en 19 encuentros. Una cifra importante que se incrementa todavía más con la cifra de derrotas. Tan solo ha concedido tres en su estancia en el banquillo del Sporting de Gijón en la división de plata. Una ante el Betis en su segunda temporada (año del ascenso), ante Las Palmas en la última jornada del año pasado (nada en juego) y ante el Racing de Santander. Esos son los únicos tropiezos en la trayectoria de Abelardo. 

El Pitu ha conseguido sumar en el 89% de los partidos que ha jugado como local en Segunda división. Una cifra abismal que sirve como baza principal para confiar en remontar el vuelo ante el Ibiza. Con el público de su lado, Abelardo ha demostrado ser capaz de sacar lo mejor de su equipo. El partido ante el Girona, con el Sporting jugándose la permanencia en Segunda división, es el mejor ejemplo. El entrenador caldeó el ambiente para lograr una atmósfera única para el rival. Y el resultado ahí está. 

Como hándicap, las ausencias. Sin Cote, Djuka y Gragera, Abelardo pierde a tres futbolistas que han sido titulares en los tres encuentros disputados esta temporada en El Molinón. El entrenador del Sporting deberá modificar su once con creces para conseguir un resultado que le permita coger oxígeno tras encadenar su peor racha como técnico rojiblanco en Segunda división. A su idilio y a sus números con el Molinón, se aferra.