La tendencia como advertencia

Tres de los cuatro equipos que se salvaron el curso pasado han descendido esta temporada a Primera Federación

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Sporting
Los rojiblancos, tras el partido frente al Mirandés en El Molinón
Mié, 24/05/2023 - 18:49

El Sporting de Gijón del Grupo Orlegi sufrirá una profunda transformación la próxima temporada. La renovación es hoy ya muy evidente en la estructura laboral del club, pero esta no ha podido ser tan evidente en la plantilla de jugadores del primer equipo. 

Los contratos heredados del curso pasado limitaron el margen de maniobra a la hora de diseñar el primer equipo. Una herencia que este verano ya será menor, por lo que el Grupo Orlegi volverá a ser ambicioso a la hora de establecer los objetivos deportivos. La temporada que concluye este domingo, con la visita de la Ponferradina, ha sido un fracaso. Así lo ha calificado este mismo miércoles Nacho Méndez y precisamente en esos términos se había expresado Alejandro Irarragorri con anterioridad, cuando la clasificación era incluso menos negativa que la actual.

Como consuelo, si es que cabe, el Sporting ha sido el único en evitar el descenso entre los cuatro equipos que el curso anterior quedaron justo por encima de los descendidos. Junto al rojiblanco, esos fueron el Málaga, Lugo e Ibiza. Casualidad o no, los tres jugarán el próximo año en Primera Federación. El Alcorcón y la Ponferradina también habían escapado en años anteriores previos a su descenso. 

Además, en lo que parece otorgar cierto valor a la tendencia, dos de los equipos que el año pasado finalizaron entre los seis primeros vuelven a estar en esa zona alta de la clasificación. Tres de ellos ascendieron, repiten el Eibar y Las Palmas, mientras que al Tenerife le sustituye el sorprendente Albacete.

Así, el equipo manchego, que consiguió su ascenso a Segunda en la temporada 2021-22, es la excepción de la comparación entre la campaña actual y la pasada en Segunda división. Las dinámicas influyen, pero lo impredecible también tiene su espacio. Habrá que ver cuál es la meta marcada y, sobre todo, la evolución del Sporting, que ya lleva dos años al borde del descenso.