Las notas del Sporting: Debacle absoluta sin supervivientes

La peor cara rojiblanca llegó en el que estaba llamado a ser un punto de inflexión. El Racing superó a un equipo sin organización en el que nadie se libra de la quema

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Pedro Gragera
Pedro y Gragera tratan de frenar una arrancada de Iñigo
Sáb, 14/01/2023 - 21:31

Se daban los condicionantes para echar cemento en el bache. Pero el Sporting se empeñó en hacerlo todavía más hondo y ya llega a unas dimensiones en las que cabe dentro. El equipo rojiblanco cayó derrotado con total merecimiento ante un buen Racing de Santander y estira su momento dramático. Una victoria en 12 partidos es el balance de una plantilla que se aferra a la Copa del Rey como parche para tapar una mala temporada. En El Sardinero, el esquema de cinco defensas volvió a debilitar el equipo que, con más jugadores, defendió peor que nunca. En ataque, la nada absoluta. Y en líneas generales, una derrota que resquema en la mirada de los 3.500 valientes que viajaron a la vecina Cantabria. En Killer Asturias, analizamos la actuación individual de los jugadores del Sporting. 

Cuéllar (4): Empezó el partido con un mano a mano tras un error de bulto de Gragera. En la siguiente acción, despejó una llegada de Mboula pero la pasividad defensiva rojiblanca le volvió a dar el balón al jugador del Racing. Nada pudo hacer en el segundo. Ejerce de capitán, como siempre, en la autocrítica. 

Guille Rosas (3): Sin haber sido una mala tarde en lo individual, se empañó por la desconexión colectiva del equipo. El lateral apenas tuvo profundidad en la defensa del Racing y no pudo desbordar. Con los centros, como todos, un partido para olvidar. 

Gragera (2): Partido de los que no acostumbra a hacer Gragera. La fiabilidad, su arma mejor utilizada, le abandonó. Cometió errores de bulto. El primero obligó a Cuéllar a salvar un mano a mano después de un fallo de concentración. En el segundo gol, sale tarde a cubrir la aventura de Bruno y rompe el fuera de juego. Su peor tarde del año. 

Bruno (1): Su actuación en la media hora que dispuso en El Sardinero no sirve para justificar las prisas del Sporting en su contratación. Falla en los dos goles. En el primero, su pasividad permitió a Mboula rematar dos veces ante su mirada. En el segundo, salió a una zona de la que volvió con una desventaja más que visible con Matheus. Abelardo le sentó para volver a una defensa de cuatro. 

Insua (2): Otro jugador que, posiblemente, completó su peor partido en lo que va de temporada. Irreconocible en el primer gol del Racing, donde acusó una falta de intensidad a la que no acostumbra a dejar ver con la camiseta del Sporting. Matheus le hizo la vida imposible. Su deseo para 2023 es recuperar a Cali cuanto antes. 

Diego Sánchez (2): Era una tarde especial para él al alcanzar los 10 partidos con el primer equipo, pero Mboula se encargó de chafarle la fiesta. El extremo del Racing fue su peor pesadilla y le desbordó jugada tras jugada. Pecó de falta de contundencia en acciones defensiva. Como contrapunto, en ataque fue de los pocos que lo intentó. Pero le lastra el apartado defensivo. 

Nacho Martín (2): Pasó de puntillas por el partido. El centrocampista no tuvo participación en los 45 minutos en los que estuvo en el campo. Sin paso del partido por el centro del campo, su labor se ciñó a perseguir sombras verdiblancas. Abelardo le sentó en el descanso. 

Pedro Díaz (1): Queda marcado por la acción del segundo gol. En el momento en el que Matheus le supera, abandona la carrera en el repliegue defensivo. Un error grotesco y caro que le costó irse al banquillo con una hora por delante. Abelardo le definió como "determinado futbolista" en su cabreo. Una acción a corregir para uno de los jugadores, tal vez el que más, con mejor pie de la plantilla. 

Aitor (1): Si algún aficionado había visto a Aitor García hace un par de temporada y lo volvió a ver en El Sardinero, bien podría pensar que no se trata del mismo futbolista. Estuvo desquiciado con el balón, fallón con el pase y nada acertado en el desborde. Cuando las cosas no le salen, no se ven indicios de que puedan salirle. Se quedó en el banquillo tras el descanso. 

Otero (2): Venía de cuajar una gran actuación ante el Levante pero el debacle generalizado le arrastró. Le faltó, como al resto de jugadores ofensivos, movilidad cuando el Sporting conducía el balón. Acabó de delantero pero sin acierto de cara a gol. Lo intentó al menos. 

Milo (2): No le faltó el empeño ni el trabajo. El Sporting no fue capaz de encontrarle en ninguna ocasión pero tampoco fue capaz de generar nada por su cuenta. Se llevó una amarilla más que cuestionada. Abelardo lo sentó y el Sporting empezó a poner centros al área. 

Los cambios: 

Rivera (2): Su entrada le apartó muy poco al Sporting. El paso de los minutos fue desquiciando a Rivera que terminó haciendo la guerra por su cuenta contra los jugadores del Racing. Sobre sus hombros, la creación ofensiva del equipo con el balón controlado. 

Cristo (2): Tuvo ocasiones pero le faltó contundencia en los metros finales. Su asociación con Milo no generó nada de peligro a la defensa del Racing. Ya en solitario, dispuso de buenos acercamientos pero Parera le dijo que tampoco iba a ser su día. Voluntarioso en las carreras. 

Jony (2): Un nuevo partido en el que no consiguió ser determinante saliendo desde el banquillo. Su marca salió vencedor de los duelos directos y le faltó arrancada para conseguir llevarse el gato al agua. Con el balón controlado, sus centros generaron peligro. Le falta.  

Zarfino (2): Reapareció y Abelardo y el Sporting lo agradecieron. Es un jugador clave en la idea que tiene el entrenador y, aunque hoy poco pudiera hacer, demuestra su importancia. Tuvo, como casi siempre, una ocasión clara. Tiene imán para los balones dentro del área. En esta ocasión, no estuvo fino en la definición. 

Carrillo (4): Cada minuto de Jordan Carrillo sobre El Sardinero fue una duda más sobre su suplencia. Con el Sporting cabizbajo, fue el único capaz de levantarle la cabeza al equipo y buscar algo diferente. Dejó destellos de calidad pero hacía una batalla en solitario contra el mundo. Sus suplencias cobran menos sentido observando el resto de actuaciones. 

El entrenador: 

Abelardo (1): Cuando un entrenador se ve forzado a realizar dos cambios y una variación de sistema en el minuto 30, es síntoma inequívoco de que el planteamiento inicial no fue el adecuado. Se empeñó en volver a utilizar la línea de cinco defensas en un partido que demandaba más valentía. Se equivocó en sus decisiones aunque no es el único responsable. Pero sí el más expuesto.