Otra vez al modo Jesús Martínez
El máximo accionista del Real Oviedo, junto a su asesor Rafa Monge, ha vuelto a ser el encargado de liderar el cambio en el banquillo azul
Real Oviedo
Siempre que hay que tomar una decisión de calado en el Real Oviedo es cuando aparece en escena Jesús Martínez. Como en tantas otras ocasiones, el máximo accionista tomó las riendas para, esta vez, liderar el cambio en el banquillo del primer equipo azul. Primero con la determinación de la salida de Luis Carrión nada más terminar el partido en Sevilla y, después, escogiendo al sustituto, Guillermo Almada.
Al igual que cuando se designó a Veljko Paunovic y al propio Carrión, la opción de Almada parte desde México, sin apenas mediación de la dirección deportiva del Real Oviedo. Es decir, en todo momento la operación ha sido liderada por cuenta y riesgo de Jesús Martínez. Eso sí, con la participación activa de Rafa Monge, su asesor de mayor confianza en la parcela deportiva y cada día con más influencia en el día a día del Real Oviedo.
En estos últimos relevos en el banquillo del conjunto carbayón, Jesús Martínez aplicó un 'modus operandi' muy parecido. Uno de las ingredientes que aplica el mexicano cuando se trata de liderar este tipo de movimientos es el efecto sorpresa. Es decir, en ninguno de los tres relevos anteriores se tenía la certeza que iba a producirse un cambio de entrenador. En este sentido, las salidas de Javi Calleja y Veljko Paunovic pillaron a pie cambiado a propios y a extraños. En el caso de lo vivido en esta última ocasión, no fue tanto la salida de Carrión, que se podía intuir tras el varapalo de Sevilla, más bien el nombre del entrenador entrante, un técnico en nómina con otro club, algo atípico en el fútbol.
Es aquí donde entra en escena otra de las claves de Jesús Martínez, no menos cuestionada por el oviedismo: la intuición por delante de la experiencia. Tanto con Paunovic primero, como con Carrión después, el máximo accionista azul priorizó su olfato al currículum. En este sentido, ni el serbio tenía experiencia en España para asumir un ascenso a Primera división que luego logró, ni el barcelonés tenía bagaje en Primera división más allá de los nueve partidos al frente de Las Palmas.
Lo mismo ocurre ahora con Almada. A pesar de su extensa trayectoria como entrenador, el uruguayo afrontará su primera experiencia en Primera división después de un primer paso incompleto en el Real Valladolid. El preparador de Montevideo llegó este verano a Pucela y su balance hasta la fecha es más bien pobre: seis victorias, seis empates y seis derrotas. De hecho, tras la derrota de este pasado fin de semana ante el Andorra su continuidad empezó a estar cuestionada, con la afición pidiendo a gritos un relevo en el banquillo.
Lo que vuelve a quedar patente con la contratación de Almada, al igual que ocurrió con Luis Carrión, es que a Jesús Martínez no le condiciona el ruido de fuera, ni siquiera cuando se trata de un clamor popular como lo fue en esta ocasión, con el oviedismo demandando un entrenador con horas de vuelo en Primera división y con experiencia en situaciones similares. Que los hay y encima sin pagar el peaje de un traspaso. Una vez más, Jesús Martínez ha vuelto a ser determinante en la llegada de un técnico. Una vez más, Jesús Martínez volvió a actuar a su manera.