Porque rendirse nunca fue una opción: El adiós a Marcel Sabou
El exjugador del Sporting de Gijón fue un ejemplo en la la lucha contra las adversidades, abanderando la pugna contra la Esclerosis Lateral Amiotrófica y consiguiendo grandes hitos para paliar la enfermedad que pudo con él este lunes
Real Sporting
Si por algo se caracterizó Marcel Sabou a lo largo de su vida fue por encarnar a la perfección uno de los versos del himno de su amado Sporting de Gijón. "Batalla sin cesar". Desde que la temida Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) apareció en su día a día y comenzó a mostrar sus primeros avances hace una década, Sabou se resistió a tirar la toalla. La misma raza que ejemplificó como jugador de fútbol la demostró durante una carrera larga contra una enfermedad denostada. Rendirse no fue una opción. Sin dejar de luchar hasta este lunes, Marcel Sabou se despidió como un ejemplo de vida. Y su pelea no ha sido en vano.
Desde que descubrió ser uno de los mal agraciados por el ELA, el rumano encabezó en compañía de los suyos una campaña en pro de favorecer la investigación de una enfermedad invisible de puertas para fuera. Junto a su buen amigo Juan Carlos Unzué, fueron los encargados de dar luz a una afección que 'convoca' cada año a 900 personas nueva. De la mano de la asociación Investiguela, promovida por su hijo Mario, se encargó de poner voz a aquellos que no la tienen. Llevar el ELA a las mesas de los políticos y dar a entender la relevancia de la enfermedad era el reto. La aprobación de la Ley ELA, a finales de 2024, fue la victoria a celebrar. La ocasión y el tiempo lo merecían.
El legado que deja Marcel Sabou a sus 59 años es eterno. Con él se va un ejemplo de lucha, de afrontar adversidades, de no rendirse. Bajar los brazos no estuvo nunca en el diccionario de un exfutbolista que ha llegado a todos los rincones con su mensaje. "Es necesario dar visibilidad a la ELA y aumentar la investigación y los recursos contra la enfermedad". Una lucha que no fue en vano a pesar de todos los inconvenientes físicos que surgen de esta enfermedad. Postrado en una silla y viendo como sus funciones físicas disminuían, Sabou ingresó ayer en el hospital en el que fallecía este lunes.
A sus conocidos, el adiós de Marcel Sabou no les pilló de nuevas. Es lo que tiene una enfermedad para la que no se ha encontrado cura alguna. De ahí la importancia de la investigación, de buscar soluciones y de no parar nunca una lucha constante hasta que la sociedad sea consciente de la relevancia de un mal que afecta a más de 5.000 personas en España y que incrementa sus filas en cerca de un millar al año. La cifra es volátil. Muchos entran, pero también muchos salen. Desgraciadamente, muchos salen.
La noticia del fallecimiento del rumano ha despertado una ola de cariño llegada desde todos los puntos de España. De sus clubes –Real Madrid, Tenerife, Racing y Sporting–, de sus compañeros, de sus amigos y de la gente que no conocía personalmente a Marcel, pero sí a su causa. En el caso de su Sporting de Gijón, club en el que estuvo durante tres temporadas y que le hizo quedarse a vivir en Asturias una vez colgadas las botas, un sentido mensaje de pésame a través de sus canales oficiales. Lo mismo para Racing de Santander, equipo en el que lograría ser uno de los héroes del penúltimo ascenso a Primera división.
⚫️ Desde el Real Racing Club lamentamos el fallecimiento de Marcel Sabou, exfutbolista verdiblanco. Nuestro más sentido pésame a sus familiares, amigos y excompañeros de profesión. Para siempre uno de los nuestros. Descanse en paz 💚 pic.twitter.com/Uxr40eTEbZ
— Real Racing Club (@realracingclub) June 9, 2025
Una batalla no se termina por perder a uno de sus guerreros. Momento para reclamar con más fuerza un apoyo más firme por parte de las instituciones para conseguir quitar el velo de la invisibilidad a una enfermedad que cada día 'convoca' a más jugadores. Por más apoyo, por más investigación, por más pelea. Por Marcel Sabou.