“Santi tenía la espinita clavada de no poder estar en el Oviedo, su sueño era jugar en el Tartiere”
Varios compañeros importantes en la vida de Cazorla relatan el pasado, presente y futuro del último fichaje azul, que colocará al cuadro carbayón en una nueva dimensión
El pasado miércoles se hizo realidad el sueño de muchos oviedistas, también el de toda una generación que no pudo ver a su equipo en Primera y que tenía que conformarse con ver a sus ídolos representar el oviedismo allá por donde fueran. Pero a partir de ahora la cosa será diferente. Santi Cazorla aceptó el enorme reto de volver a casa, de volver al Real Oviedo, y para analizar su pasado y su regreso a la capital del Principado, varios personajes importantes en la vida del jugador valoraron su fichaje en Directo MARCA Asturias.
Uno de ellos fue David Kily, amigo y compañero de Santi Cazorla desde la infancia. “Estoy muy contento. Era la espina que tenía clavada él, la de poder jugar en el primer equipo del Real Oviedo. Su sueño era jugar en el Tartiere”, asegura. Un fichaje estratégico en todas las facetas que colocará a la entidad carbayona en una nueva dimensión. "Independientemente de que tenga 38 años, es una persona que se cuida mucho y técnicamente puede aportar muchísimas cosas. A nivel de club da mucha visibilidad a nivel nacional y mundial. Tener a un campeón de tantas cosas, a un jugador tan querido allá donde va, es un lujo”.
Kily coincidió desde muy pequeño con Santi, y durante su etapa en el fútbol sala ya se enfrentaron como rivales. A continuación, el Oviedo pone el ojo en ambos y en alevines ya juegan en el mismo equipo. “Desde pequeño apuntaba muchas maneras, utilizaba las dos piernas, se le veía que había nacido para esto”, continua.
Con los años, los dos siguieron quemando etapas, pero la progresión en Cazorla nunca se frenó. “Veías que no crecía de altura, pero en calidad cada año que pasaba era mejor. Era el mejor del equipo, una salvajada ver cómo manejaba todos los recursos. En condiciones normales se veía que iba a ser un gran futbolista”. Pasaron su infancia futbolística en el Oviedo, pero en 2003 Santi decidió tomar otro camino y aceptó una oferta del Villarreal B.
En Castellón, sus compañeros se dieron cuenta desde bien pronto que Cazorla no era un futbolista cualquiera. “Cuando llegó me llamó mucho la atención, sobre todo por su calidad técnica. No estamos acostumbrados a ver tantos jugadores que manejen las dos piernas de esa manera, que tengan esa visión de juego… nos llamó la atención a todos los que estábamos ahí. No hay más que ver que la carrera que ha hecho. Es algo que se veía venir”, relata Javi Venta.
Otro con los jugadores que coincidió en Villarreal y en la Selección Española fue Marcos Senna, con el que se coronó Campeón de Europa en 2008. El centrocampista destacó, entre todas sus virtudes, su gran calidad humana. “He sido de los pocos que he tenido el privilegio de conocer a la grandísima persona que es Santi. Daba otro punto en el vestuario. Alegría. Es un jugador que a nivel colectivo es fantástico, es un crack. Es el tipo de jugador que uno no quiere que deje el fútbol".
Todos coinciden en que Cazorla siempre tiene la sonrisa en la boca y, gracias a su experiencia, aportará mucho al vestuario. “La gente que no haya tenido una carrera en Primera se emparará de todo lo que él diga. Va a ser muy respetado en el vestuario y va a aportar muchas cosas”, asegura Kily.
Pero, sobre todo, halagan su valentía. La de un futbolista que, con muchas más que perder que ganar, aceptó el reto de ayudar al equipo de su vida a regresar a Primera. “No tiene nada que demostrar viniendo al Oviedo. Hay que agradecerle que haya tomado la decisión de venir”, concluye Kily. “Es una decisión valiente, demuestra que quiere mucho al Oviedo. Era lo que querían tanto él como su familia. Ojalá vayan bien las cosas”, cerró Venta.