Tenía razón: El vestuario del Sporting está con Abelardo
El equipo rojiblanco es el segundo equipo más balones recupera de Segunda división y el que más acciones defensivas realiza con éxito
“Me marcho orgulloso de mis jugadores. Eso significa que están con el entrenador y que lo dan todo por este escudo”, dijo Abelardo el pasado 3 de noviembre tras la visita del Albacete a El Molinón. El equipo había rozado la victoria, venía de perder contra el Levante, y el técnico se refería al compromiso del vestuario. Y tenía razón, los datos de LaLiga reflejan dos estadísticas inequívocas en ese sentido: El Sporting de Gijón es el segundo equipo que más balones recupera y el que más duelos gana en las disputas por el balón.
Según los datos de LaLiga, tan solo el Eibar supera a los rojiblancos en este sentido (1023 acumulan los armeros). Los rojiblancos por su parte acumulan 1002 en las 16 jornadas disputadas. Por ahí pasa una de los rasgos que Abelardo prioriza para su equipo: la intensidad. Esa que hace que el Sporting lidere otro registro entre los equipos de la categoría.
Nadie realiza más acciones defensivas con éxito. El Sporting es el que comanda la estadística de entradas en la liga con 298 realizadas en 16 jornadas. De esas entradas, 169 han supuesto una recuperación inmediata de la posesión. Nadie supera este registro. El principal porcentaje pasa por la presión en la posesión rival. Pese a ello, no es un sinónimo de infracción. El Sporting ha cometido 207 faltas, siendo el 13º equipo en Segunda división. Por tanto, la intensidad del equipo de Abelardo es un aspecto bien entendido.
En cuanto a nombres propios, destaca la figura de Gio Zarfino. El uruguayo es el jugador de campo –Mariño recupera más balones por el mero hecho de ser portero– que más posesiones ha ganado para su equipo. En total, 91 recuperaciones de balón suma el centrocampista del Sporting. Por detrás suyo, Otero y Cote (81) son los siguientes rojiblancos en la mordiente de Abelardo. Un equipo que cumple con las premisas de su técnico. Intensos en la presión. Y no hay nadie que supere la intensidad sin balón del Sporting.