Un contratiempo que podría quedarse en un susto

El Real Oviedo sumó ayer ante la Sociedad Deportiva Eibar un punto de los que refuerzan moralmente. Ya no por la buena imagen de un equipo que mereció más ante el líder, sino también por cómo la afición azul, hambrienta de victorias, despidió a su equipo con una cerrada ovación.

Un contexto en líneas generales positivo que se vio empañado, una vez más, por las lesiones. De nuevo, las alarmas de la enfermería azul se encendieron cuando Borja Bastón se tuvo que retirar con ayuda del rectángulo de juego. El '9' quedó tendido en el césped a causa de unas molestias musculares que le obligaron a parar y ser sustituido por Sergi Enrich. Mientras, la afición azul se llevaba las manos a la cabeza, temerosa de perder al máximo artillero para el tramo decisivo del campeonato. En su retina, los tres partidos que se perdió Borja Bastón en febrero por una rotura de fibras en el gemelo. 

Así todo, Álvaro Cervera avanzó en rueda de prensa que puede que lo del delantero madrileño, a la espera de la realización de las pertinentes pruebas médicas, se quede en un susto. "Cuando salió del campo yo le pregunté. Me dijo que no estaba roto, pero la sensación es que iba a romper, por eso se retiró antes de que rompiera", se encargó de tranquilizar el técnico, preguntado por el estado físico de Borja Bastón.

No fue el único sobresalto producido en el encuentro de ayer. En el minuto 86, también Viti Rozada abandonó con molestias el partido antes de tiempo. El de Laviana, que había despachado una vez más un gran partido, no pudo completar el encuentro y fue sustituido por Raúl Moro. Por otro lado, Sergi Enrich protagonizó unos minutos de tensión, tras recibir un balonazo mientras ocupaba la barrera en el lanzamiento de una falta. Fueron unos segundos de tensión, si bien el árbitro y varios futbolistas reclamaron la rápida atención de los servicios médicos. Afortunadamente, todo quedó en un susto.