Una línea defensiva que se consolida

Después de semanas de dudas, el Real Oviedo ha encontrado por fin una estructura defensiva reconocible. Los partidos ante Girona y Osasuna han servido para confirmar la consolidación de una línea que transmite fiabilidad: Nacho Vidal, David Costas, David Carmo y Javi López. Cuatro jugadores que, desde la llegada de Luis Carrión, han mostrado una compenetración creciente y han logrado estabilizar a un equipo que necesitaba recuperar orden y seguridad atrás.

La mejora no es casual. Costas y Carmo se han entendido bien en el eje, alternando salida limpia con solidez en el juego aéreo, mientras Nacho Vidal aporta experiencia y criterio en el lateral derecho. En el costado izquierdo, Javi López ha aprovechado su oportunidad, firmando dos partidos muy serios tras un inicio de temporada con pocos minutos. Su regularidad y compromiso le han permitido ganar la confianza del técnico, que valora su fiabilidad defensiva y su capacidad para incorporarse al ataque y poner centros.

En Girona, pese al 3-3 final, el bloque defensivo ofreció una buena actuación: dos de los tres goles encajados llegaron de penalti, y en juego concedió pocas ocasiones claras. Ante Osasuna, el equipo dio continuidad a esa solidez, firmando su primer partido con la portería a cero en la era Carrión. Son síntomas de una mejoría colectiva, reflejada también en el papel de Aarón Escandell, que sigue siendo indiscutible bajo palos.

Carrión, que ha insistido en la importancia de construir desde la solidez, parece haber encontrado una base sobre la que edificar el resto del equipo. Con esa defensa, el Oviedo empieza a recuperar la estabilidad que necesitaba para crecer. El siguiente paso será mantener ese nivel ante rivales de mayor exigencia y acompañar la fiabilidad atrás con el acierto que sigue faltando arriba.