La Crónica: El Sporting se acuerda de cómo se gana en El Molinón

El Sporting de Gijón consiguió volver a vencer en casa más de tres meses después. Lo hizo ante un Zaragoza que terminó el partido con nueve futbolistas y que, a pesar de ello, arrinconó al Sporting con varios balones parados. Sufrieron los rojiblancos para que su técnico se estrenara en casa en liga con tres puntos peleados y que alivian la situación clasificatoria. 

Inicio inmejorable. El Sporting se adelantó con una jugada fabricada en Mareo. Desde la banda, dispuso su primera asistencia Diego Sánchez. El balón, pedido con insistencia por Dani Queipo, le cayó al canterano y sin piedad fusiló a Christian Álvarez en el interior del área. Los que apuraron la comida se perdieron el gol y también la expulsión. Cuando el Zaragoza todavía se frotaba el mentón después del golpe, le llegó otro. Este se lo pegó él mismo. Alarcón cazó el gemelo de Queipo con una entrada que el VAR subió de condena. Expulsión y partido muy de cara. 

Empezó un nuevo partido con viento a favor del Sporting y el equipo rojiblanco empezó a ejercer dominio, como exige su técnico. Un control sobre un Zaragoza maniatado, con un jugador menos que se dedicó a perseguir rojiblancos. En especial a un Dani Queipo que, no contento con el gol y provocar la expulsión, se encargó de lucir sus mejores galas en mucho tiempo. Estaba muy fino el asturiano, bien escudado por Pedro, Diego Sánchez y otros tantos a buen nivel. 

Pero no hay tarde tranquila en El Molinón. Con uno menos, el Zaragoza tuvo momentos de ataque que hicieron temblar las piernas a los rojiblancos. La más clara fue la de Mollejo. Nieto la puso en el corazón del área de Cuéllar y el '28', que sería protagonista más tarde, se coló por el centro de la defensa y fusiló al extremeño. Inmenso en la parada, felino en el rebote. También estuvo fino Jordi Pola para cortar una contra peligrosa del Zaragoza. Del susto al alivio. Y de ahí al enfado. 

Mollejo veía desde el suelo como el Sporting combinaba por la banda diestra. Desde un golpe con Insua, permanecía tirado en el césped. Y desde ahí observaba como el Sporting marcaba el segundo. Campuzano se ganó el hueco y estuvo más vivo que Christian Álvarez para marcar con un cabezazo alto. Pero la celebración la aguó desde el VAR Ocón Arraiz al entender como parte de la jugada el choque de Insua con Mollejo. Decisión cuestionada que hizo que el colegiado se fuera entre pitos. 

En la segunda parte, el control fue rojiblanco pero con una intensidad menor. Las ocasiones no fueron tantas pero la sensación de dominio sí. Pidió una mano el Sporting. Parecía, no apreciable por Busquets Ferrer ni desde Las Rozas. El Zaragoza buscaba muy levemente acercarse a la portería rival pero sin mordiente ni aparente capacidad.

Pero todo estaba vivo. Casi lo terminó por matar del todo Nieto con una amarilla innecesaria por la intensidad y la zona del campo que le mandó a la ducha 10 minutos antes de tiempo. Eso alivió al Sporting que buscó el segundo pero no tuvo atino. Tres meses y cinco días después, los rojiblancos se acordaron de ganar en casa.