La Crónica: Otra de terror en El Molinón

Intensos y verticales. Así demandaba quería ver a su equipo José Luis Martí en su estreno. Ni una cosa, ni la otra. El Sporting volvía a caer en casa por tercera semana consecutiva ante un Real Zaragoza que, sin hacer un partido fuera de lo normal, se llevó los tres puntos. Se aprovecharon los maños de un error grotesco de Berrocal cuando el Sporting saboreaba un punto que Djuka había rescatado en el 93. Iván Azón le ganó la partida al central jerezano para convertir El Molinón en un polvorín. 

Le pegó un buen revolcón Martí al once. Sobre todo, al apartado defensivo. Berrocal y Borja salían como defensores centrales, con la dupla ucraniana en los laterales. Después de una semana muy complicada en lo emocional, Kravets ocupaba el lateral zurdo y El Molinón le agradeció el esfuerzo con una sonora ovación al comienzo del partido. Los primeros compases del encuentro trataban de escenificar el deseo de Martí. Intensos y verticales se mostraban los jugadores del Sporting en el inicio, aunque sin acierto. 

Imagen

 
Le costaba al Sporting adaptarse a la nueva composición de Martí. Con tres en el centro del campo, Pedro Díaz y Villalba tenían más libertad. Eso les apartaba del balón, lo que nunca son buenas nuevas para el Sporting. Al no aparecer los jugadores con mejor pie rojiblanco, el Zaragoza se hizo con el dominio del balón. Guiaba el partido un tipo con buen pie como Eugeni Valderrama para conectar con facilidad con los atacantes de JIM. Sin avisar con el juego, el balón parado volvía a ser cruel con el Sporting. Saque de esquina cerrado que no despeja nadie y el drama ya está montado. Ni Mariño, ni Berrocal, ni Borja sacaron el balón. Tampoco ataron en corto a Jaume. El centrocampista maño metió el pecho a placer para adelantar a los suyos. 

El ambiente no fue crítico con los rojiblancos. No hubo respuesta negativa por parte del público. Silbidos aislados y poco más por parte de la masa social rojiblanca congregada en El Templo. El equipo no encontraba la cara nueva que quería el nuevo entrenador. Pelotazo en largo por aquí, pelotazo en largo por allá. Ese era el plan de partido de Martí. Y ahí, el Sporting no es fuerte. Se encontró una buena acción tras un balón parado que cazó Borja López pero no pudo dirigir a portería. Fue la respuesta del Sporting tras el golpe visitante. Poca mordiente. 

La garra y el carácter lo estaban poniendo los laterales. Tanto Kravets como Bogdan eran lo más acertado en un Sporting desatinado. El lateral diestro cerca estuvo de seguir alargando su idilio con el gol durante esta temporada. El palo de Cristian Álvarez se lo negó tras estar más atento que nadie para cazar un rechace y disparar rápido. El poste evitó un gol que hubiera sido importante en lo emocional. Antes del descanso, Sabin Merino pudo hacer el segundo maño, pero el mano a mano se le fue alto. 

Imagen

 
Movió ficha Martí tras el descanso. De nuevo, Pedro Díaz se quedó en el vestuario para dejar su hueco a Nacho Méndez. El problema no era de futbolistas. Más bien, el problema lo tenían los futbolistas con el nuevo sistema. Sin aclararse, el Sporting seguía con la misma dinámica que el primer acto. El primer aviso fue para el Zaragoza. Error de bulto de Borja López para cederle el balón a los maños. Eugeni la mandó centrada a las manos de Mariño. Más cambios de Martí para agitar la coctelera. Para dentro Puma y Gaspar. Se iban, sin suerte hoy, Jony y Aitor. Los cambios surgieron efecto en el partido y el Puma rozó repetir la acción de la semana pasada. Un centro de Bogdan le buscó pero no pudo encontrarle con exactitud. Era la misma jugada que el gol de la Ponferradina, pero distinto final. 

Los cambios tuvieron efecto efervescente. El partido entraba en un terreno de fango que interesaba al Zaragoza. No se jugaba sobre el césped de El Molinón y eso no le gustaba a Martí. Cambió el sistema para tratar de enmendar la mala imagen del equipo. Sin colmillo, sin intensidad, sin verticalidad. Sus señas de identidad no estaban en su equipo. Sacó a Fran Villalba para alinear una doble punta de ataque, con Djuka y Ramírez. 

Imagen

 
Sin atacar el Sporting, avisaba el Zaragoza. Valentín Vada empalaba desde la frontal un balón que se estrellaba en el larguero de Mariño. El sonido recorría cada asiento de El Molinón, aunque no servía para despertar a la afición. Se encargó Djuka de despertar al público ya en el descuento. El montenegrino cazaba un punto en el 93 tras un rechace de Cristian Álvarez. Pero a este Sporting es muy fácil robarle puntos en casa e Iván Azón lo comprobó. Le ganó la partida a un mal Juan Berrocal y batía a Mariño tras tumbarle con un regate. Debacle en Gijón. Ni el cambio de entrenador es capaz de frenar una dinámica así.