Álvaro Cervera no engaña a nadie

Apenas restan catorce partidos para que termine el campeonato liguero en Segunda División. O lo que es lo mismo, 42 puntos por disputarse. Una recta final de competición en la que los 22 equipos que conforman la categoría ya intuyen, en mayor o menor medida, cuál será su objetivo desde este punto en adelante.

En el caso del Real Oviedo, las aspiraciones por colarse al final de temporada entre los seis primeros, el reto marcado al comienzo del curso por el Grupo Pachuca, se han disipado en las últimas cuatro semanas. Los azules apenas han sumado tres puntos de los últimos doce, lo que se traduce en la peor racha del conjunto carbayón desde que Álvaro Cervera se hiciera cargo del banquillo oviedista.

La última derrota ante el Cartagena significó un nuevo golpe de realidad para la afición carbayona. Algunos no querían asumirlo y una victoria en Cartagena todavía mantenía viva la ilusión hasta el final de la campaña. Otros, como Álvaro Cervera, ya eran conscientes de que el objetivo de luchar por el ascenso era tarea complicada.

Acostumbrado a ser directo y categórico en sus comparecencias, el guineano no hizo una excepción en una de sus últimas intervenciones. "Lo que hay que hacer es salvar al Real Oviedo y prepararlo para que el año que viene sea mejor. Voy a intentar dejar al equipo lo más arriba posible", avisó el preparador oviedista en la previa del partido en Cartagonova. A estas alturas, no le falta razón.

Y es que después de este último traspiés, el Real Oviedo está más cerca de luchar por la salvación que de otro objetivo más ambicioso. Con 34 puntos, los carbayones están solamente cuatro por encima de la Ponferradina, equipo que marca el corte por el descenso, y a doce de la última plaza que daría pie a jugar promoción de ascenso, ocupada por el Albacete. De hecho, el cuadro manchego será el próximo rival de los azules este domingo, a partir de las 21 horas, en el Carlos Tartiere.