Bolo prueba con el 4-3-3 a puerta cerrada en el Requexón
Los azules disputaron esta mañana un partido ante el Vetusta, en el que el técnico vasco ensayó con Luismi por detrás de Koba y Montoro
El Real Oviedo de Jon Pérez Bolo sigue preparando el encuentro del próximo domingo ante el Lugo (16:15 horas, Anxo Carro). Este miércoles, los azules se ejercitaron, por primera vez en esta temporada, a puerta cerrada en El Requexón con acceso restringido a futbolistas, cuerpo técnico y trabajadores del club.
Esta sesión estuvo marcada por un partidillo entre los futbolistas del primer equipo y la plantilla del Vetusta. El amistoso, que terminó con victoria por goleada para los mayores (5-1), sirvió como campo de pruebas para Jon Pérez Bolo. El técnico bilbaíno, consciente de la importancia del encuentro ante los lucenses, plantea cambios con respecto al último partido ante el Ibiza. Permutas no solo en cuanto a nombres, sino también en el dibujo.
El vasco probó en este partidillo con un 4-3-3. Bolo introdujo un hombre más en la medular, en este caso, Luismi. El gaditano formó en el centro del campo por detrás de Montoro y Koba, este último ausente en el once que saltó ante el conjunto insular. Sin embargo, el de Puerto Serrano recibió un golpe y terminó tocado el entrenamiento. En ataque, Bolo ensayó con Sergi Enrich caído a la banda derecha, Bretones en la izquierda y Bastón en punta de ataque. Un esquema y un once totalmente inédito en este comienzo de competición, si tenemos en cuenta que el 4-4-2, con algunas variaciones, fue el esquema predominante hasta la fecha.
A cuatro días para el partido del Anxo Carro, Bolo busca agitar la coctelera en la búsqueda de soluciones. El bilbaíno quiere mejorar la salida de balón e implementar el juego de ataque para generar más ocasiones de gol. Dos aspectos claves si los azules quieren dejar atrás este bache de resultados (dos puntos de nueve posibles) y volver a la senda de la victoria cuatro semanas después.