De la euforia a la incredulidad y finalmente la decepción: Las claves de la polémica

Tras una revisión interminable, el VAR rebobinó la jugada para señalar un fuero de juego de Aitor García, que no intervino en la finalización

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Fuera de juego
Lun, 17/04/2023 - 09:13

Nadie entendía nada. Los más de 18.000 espectadores de El Molinón, los jugadores del Sporting de Gijón, los del Deportivo Alavés, el colegiado Quintero González, los comentaristas de la realización televisiva, los de las radios... Solo los miembros de la sala de videoarbitraje sabían lo que estaban tratando de aclarar. Un posible fuera de juego de Aitor García, más de 10 segundos antes de que Campuzano finalizase la jugada en el gol que parecía darle la victoria al equipo gijonés. 

Y en esa sala estaba Prieto Iglesias, el colegiado que el curso pasado había elegido a El Molinón para despedirse de su actividad profesional. Un colegiado que aseguró tener una especial predilección por el ambiente de fútbol que se respira en el municipal gijonés. Si ayer hubiese estado sobre el terreno de juego, seguro, hubiese confirmado aún más sus sentimientos. 

Sin embargo, Prieto Iglesias fue el encargado de rebobinar la jugada más de 10 segundos para decirle a Quintero González que debía anular el gol que había desatado la euforia en el banquillo local y en las gradas de El Molinón. La acción comenzó con un pase de Insua para Aitor García, cuando el cronómetro aún no había alcanzado el minuto 97. El onubense se la cedió a Carrillo, que cambió el juego hacia la derecha, donde se encontraba Rivera. El gijonés, de primeras, vio el movimiento de Campuzano, que controló en carrera, acomodó su cuerpo y batió a Sivera en el mano a mano en el minuto 97 y 11 segundos

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Fuera de juego

 
Un golazo que le daba la tercera victoria seguida al Sporting y que, como era lógico, se celebró por todo lo alto. Fue precisamente tras la celebración cuando llegó el momento de la incredulidad. El colegiado no ordenaba el saque de centro por algo que estaba siendo revisado. Las imágenes mostraban que no había fuera de juego de Rivera, tampoco de Campuzano y ni mucho menos alguna falta que pudiera poner en duda la validez del tanto. 

Así transcurrieron más o menos cinco minutos y, por fin, el árbitro levantó su brazo para señalar fuera de juego y, por tanto, anular el 1-0. Nadie se lo podía creer, nadie podía entenderlo. Fue entonces, segundos después, cuando la realización televisiva mostró la línea del fuera de juego marcada por la sala del videoarbitraje. Había sido el pase de Insua a Aitor, a quien se le ve mínimamente adelantado, por uno de sus pies, en relación con su defensor más próximo. Eso sí, a su izquierda hay otro jugador del Deportivo Alavés, Duarte, cuyo cuerpo no se puede apreciar en su totalidad por la presencia de Campuzano y que también se encuentra a una altura del campo muy similar a la del extremo. En cualquier caso, Prieto Iglesias decidió anular el tanto.