La cara 'nueva' que falta en El Requexón
El primer entrenamiento del Oviedo dejó una ausencia muy notable: la de Borja Sánchez. El futuro del '10' sigue en el aire
Comienza la era Bolo. El bilbaíno se ha puesto esta mañana de corto para dirigir el primer entrenamiento del Real Oviedo de la 2022/23. Una primera sesión en la que se dieron cita varias decenas de aficionados. También el director deportivo, Tito Blanco; el presidente del club, Jorge Menéndez Vallina; el responsable de relaciones institucionales, César Martín; y el asesor del Grupo Carso en Oviedo, Federico González.
La de Bolo no fue la única cara nueva sobre el césped del campo número 4 de El Requexón. También se estrenaron en la ciudad deportiva azul Quentin Braat y Oier Luengo, arropados por otros 21 compañeros. 17 de la primera plantilla, más seis integrantes del filial: Abel Bretones, Alex Suárez, Javi Moreno, Lucas Laso, Marco y Nnoshiri.
Sin embargo, entre todas las caras no estaba la más anhelada: la de Borja Sánchez. Finalizada su vinculación el pasado 30 de junio con el conjunto azul, el canterano sigue deshojando la margarita sobre su futuro. Encima de su mesa todavía aparece una oferta planteada por Tito Blanco. Y de fondo, los cantos de sirena de la Primera División y otros proyectos que podrían aparecer después de su buena actuación la pasada campaña.
Esa nostalgia por volver a verlo de azul no es solo cosa de la afición azul. También de Jon Pérez Bolo. El bilbaíno, en el día de su presentación, ya hizo pública la importancia que tendría el '10' en el equipo. Bolo confesó que le encantaría tenerlo este año a sus órdenes y, así, liderar el ataque junto a su tocayo Bastón. Mientras, el primer equipo del Oviedo ya ha comenzado la pretemporada en El Requexón, que estos días espera impaciente por volver a recibir al mayor talento que ha producido en los últimos años.