Ni el mejor Molinón salva a este Sporting

Los 23.470 aficionados que se dieron cita en el derbi asturiano se volcaron con los suyos en la previa y durante el partido, aunque también se giraron hacia el palco y hacia los jugadores en la recta final

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Grada de El MOLINÓN
Grada Este de El Molinón durante el derbi asturiano
Lun, 18/04/2022 - 08:34

La mejor entrada de la temporada en El Molinón tampoco fue suficiente. El factor ambiental estaba hecho, faltó el futbolístico. El sportinguismo aceptó la llamada de su equipo para el derbi asturiano. Pese a tener que abonar un suplemento los socios B, El Molinón presentó la mejor entrada de los últimos tiempos. 23.470 aficionados poblaron las gradas del estadio gijonés. Además, la cifra no la aumenta la presencia de un desplazamiento masivo de la afición del Oviedo. Había oviedistas repartidos por el estadio, pero no en la habitual zona visitante. 

El Molinón 'apretó' como hacía mucho tiempo que no se le recordaba. Ya en el recibimiento del autobús, se notaba en el ambiente que no iba a ser un partido más en El Templo. Luego, el resultado desdijo a la sensación. Pero lo que se vivió en las calles cercanas al estadio, se vivió también en El Molinón. Un recibimiento espectacular al ritmo del 'Gijón del alma', engalanado por las banderas repartidas por todo el estadio y el tifo desplegado en el fondo sur. "Orgullo, pasión y tradición", rezaba la lona. 

Pese a no poder desplazarse de forma masiva, la afición del Oviedo se dejó ver en pequeñas dosis en El Molinón. Inmersos en la grada rojiblanca, sin un sector propio, muchos aficionados azules lucieron con orgullo sus colores en el derbi asturiano. Se volvieron a dejar imágenes de rivalidad sana entre ambas partes, algo que ojalá se hubiera trasladado al césped. 

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Aficionados oviedo

 
Durante el partido, el público también jugó 'su derbi'. Pitó a los jugadores del Real Oviedo, animó a los suyos y festejó las buenas acciones que dejaron los rojiblancos. La parada de Cuéllar a Luismi se festejó como si de un gol se tratara. Pero al final, el ambiente festivo se tornó a decepción. El gol en propia puerta de Berrocal enfrió los ánimos de la hinchada rojiblanca. Antes del final del partido, sin presentimiento de una posible remontada, parte de la afición abandonó antes de tiempo las gradas. 

Los hubo que se quedaron. Y cargaron. Primero, antes de acabar el partido, las críticas fueron hacia la directiva. "Directiva, dimisión", volvió a atronar en las gradas rojiblancas en una costumbre que parece ya recuperada. Alguno acompañó la protesta con un pañuelo. Y, luego, la protesta se tornó hacia el campo. Tras la tangana, cuando los jugadores del Sporting se retiraban cabizbajos a vestuarios, una parte de El Molinón cantó. "Esta camiseta, no os la mereceis" o "jugadores, mercenarios" fueron algunos de los cánticos que se escucharon al término del partido. Un final de fiesta emborronado por las peleas que dejó a las claras que el Sporting sigue sin estar solo.