Semana de carga moral y anímica para Uros Djurdjevic
El delantero del Sporting celebró esta semana su 29º cumpleaños junto a sus compañeros de equipo y recibió una bonita sorpresa
Miljana Djurdjevic
De un modo diferente al que hubiera deseado, está siendo uno de los protagonistas de la temporada. La falta de fortuna de Uros Djurdjevic de cara a gol está lastrando a la principal referencia ofensiva del Sporting de Gijón. Sin ver portería desde la jornada 2, el balcánico no termina de poner punto y final a una racha que se extiende ya hasta rozar los 200 días sin celebrar un gol en liga.
Para revertir la situación, Djuka recibía esta semana un fuerte apoyo moral. El delantero balcánico celebraba este jueves su 29º cumpleaños y se llevaba de manera anticipada un gran regalo en la tarde del miércoles. La plantilla del Sporting le sorprendía con una fiesta sorpresa en la que tomaban parte los jugadores del club, exmiembros de la plantilla como Manu García, trabajadores de la entidad y sus familias. Toda una sorpresa para Uros que no sería la única de la tarde.
En mitad de la celebración, el '23' se llevaba otra grata alegría. Por la puerta del salón aparecía su hermano Kristijan Djurdjevic dispuesto a sorprender a Uros. Dicho y hecho. El atacante del Sporting no podía contener las lágrimas antes de abrazarse de una manera muy efusiva con Kristijan. Una gran sorpresa para el delantero rojiblanco de la mano de una persona muy importante en su vida.
Los vínculos familiares de Djuka son especialmente fuertes. Su mujer, sus hijos o su padre son partes esenciales en el día a día del ariete. El resto de su familia, también. Se pudo ver en varios momentos desde el inicio de su etapa en Gijón cuando las fatalidades golpearon a la familia Djurdjevic. El fallecimiento de su abuelo paterno o de su tío Sasa –una de las personas más importantes en su vida en Serbia– fueron duros golpes para el delantero rojiblanco que, a pesar de todo, nunca dejó de lado al Sporting. A pesar de los duros momentos personales, Djuka siempre antepuso a su club. Y a la mínima opción de poder celebrar un gol las celebraciones se dirigieron automaticamente al cielo.
Con el chute de moral que supuso la visita por sorpresa de su hermano Kristijan, otro delantero que estuvo a prueba en Mareo, y el apoyo de sus compañeros, Djuka buscará enmendar su temporada apoyando al apartado ofensivo del equipo en la recta final de año. Los cursos de Djurdjevic en Gijón siempre han tenido un final más certero que los comienzos.
El balcánico acostumbra a marcar más goles en la segunda vuelta que en la primera. El reto, sobre el papel, no parece complicado. Uros terminó la primera mitad de temporada con solo dos goles a favor. El Carlos Belmonte es una nueva ocasión para secar la pólvora. Lo hará con la batería anímica a tope.
