Cuando el reloj aprieta: Los minutos que están castigando al Oviedo

El último tercio de los partidos se ha convertido en un factor decisivo, con goles tardíos que han inclinado demasiados encuentros en contra

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Ilyas Chaira
Sáb, 27/12/2025 - 19:00

Los números del Real Oviedo esta temporada no solo hablan de resultados, sino también de momentos concretos. El análisis de los goles encajados y marcados en el último tercio de los partidos deja una tendencia clara: demasiados encuentros se han decidido cuando el reloj ya apremiaba.

El ejemplo más contundente llegó en el segundo partido en el Carlos Tartiere ante el Real Madrid. El marcador se mantuvo contenido durante buena parte del encuentro, pero los blancos sentenciaron con dos goles tardíos, en los minutos 83 y 93, ampliando una derrota que hasta entonces no reflejaba tanta diferencia. Algo similar ocurrió frente al FC Barcelona, donde el Oviedo encajó el 1-3 tras recibir goles en el 70 y el 88, rompiendo definitivamente el partido en el tramo final.

La tendencia se repitió en jornadas posteriores. Ante el Espanyol, los goles visitantes llegaron en los minutos 70 y 82, mientras que frente al Levante, el segundo tanto, que cerró el partido, se produjo en el 72. En Sevilla, en una derrota más abultada, el equipo volvió a sufrir tras el descanso, encajando el tercer y cuarto gol en los minutos 51 y 89, confirmando una fragilidad que se acentúa con el paso de los minutos.

No todo ha sido negativo en ese tramo. El Oviedo también ha demostrado capacidad para golpear tarde. En Mestalla, ante el Valencia, el equipo firmó una de sus victorias más valiosas con dos goles consecutivos en los minutos 85 y 86, un ejemplo de resistencia y eficacia en los instantes decisivos. Algo parecido ocurrió en Girona, aunque con un desenlace más amargo: el conjunto catalán marcó en los minutos 64, 83 y 90, mientras que los azules respondieron con tantos en el 58 y el 97, sellando un 3-3 marcado por la locura en los compases finales.

La lectura global es clara. El Oviedo ha visto cómo muchos de sus partidos se desequilibran en el último tercio, casi siempre en su contra, y eso explica parte de los puntos que se han quedado por el camino. La falta de control en esos minutos finales, ya sea por desgaste, concentración o contexto emocional, se ha convertido en un patrón que penaliza al equipo.

Corregir esos tramos no pasa solo por defender mejor o atacar más, sino por saber gestionar los partidos cuando entran en su fase decisiva. Ahí, entre el minuto 70 y el final, el Oviedo se está jugando buena parte de su temporada.