Desde Egea a Ziganda: Un vaivén de estilos

Desde el ascenso en 2015, el banquillo del Oviedo ha sido un constante balanceo de nombres y métodos

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Egea, Generelo, Hierro, Anquela, Rozada y Ziganda
Egea, Generelo, Hierro, Anquela, Rozada y Ziganda
Vie, 17/06/2022 - 19:35

Hace siete veranos, en 2015, el Real Oviedo volvía a plantar la bandera en el fútbol profesional, después de más de una década lejos del mismo. Uno de los principales actores de aquella hazaña fue Sergio Egea. El argentino continuó en el banquillo azul la campaña siguiente en Segunda División. Sin embargo, su estancia no se alargó tanto como se esperaba, y en la jornada 29 de la temporada 2016/17 presentó su dimisión. Desde entonces, hasta Jon Pérez Bolo, se han producido hasta siete relevos en el banquillo azul. Cada uno en su estilo.

Sergio Egea se metió a Oviedo en el bolsillo cuando un 31 de mayo conquistó Cádiz. El argentino dispuso en aquella temporada de una plantilla hecha a capricho para ascender con los Esteban, Font, Vila, Valle, Linares, Susaeta, etc. Un bloque que al año siguiente, en Segunda División, repitió con alguna incorporación de renombre como Toché o Koné. Era un equipo fiable, con identidad y alegre en ataque. Sin embargo, desavenencias internas precipitaron su dimisión en marzo de 2016 cuando el equipo marchaba tercero en la jornada 29. El testigo lo tomó David Generelo con el objetivo de ascender. Sin embargo el pacense, sin apenas tiempo para imponer su propio estilo, no lo consiguió y fue relevado ese verano por Fernando Hierro.

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Hierro

 
El malagueño inició un nuevo proyecto. El equipo tonteó con los puestos de ascenso pero no consiguió clasificarse para el play off. El equipo de Hierro destacó por su fiabilidad en casa, pero fuera de ella era muy frágil y apenas sumó puntos. Prueba de ello son varias goleadas que los azules encajaron a domicilio (Huesca 4-0; Alcorcón 5-1; Sevilla Atlético 5-3; Almería 3-0; o Córdoba 4-2). 

La entidad azul entendía que debía de apostar por un técnico con más bagaje en la categoría, y lo hizo por Anquela. El jienense, aunque mejoró los números de Hierro la temporada siguiente, no consiguió clasificar al Oviedo para la promoción de ascenso. La plantilla había mermado sensiblemente su calidad, por lo que Anquela acostumbraba a utilizar un bloque bajo con tres centrales. No era un Oviedo alegre, pero sí sólido, al menos durante buena parte de la temporada. La dirección le dio otra oportunidad para la temporada 2018/19.

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Anquela

 
En la siguiente campaña, el Oviedo seguía con el objetivo de disputar el play off, pero no acababa de alcanzarlo. Anquela fue destituido en la jornada 35, y Sergio Egea asumió el timón del equipo. Tampoco lo logró. Sin embargo, Egea fue el responsable de dirigir al equipo para la 2019/20. No por mucho tiempo. Un mal inicio liguero, con un solo punto en los cinco primeros encuentros, precipitó su destitución. La solución parecía estar en el filial.

Javi Rozada dirigió al Real Oviedo en 23 encuentros. El ovetense apostó por un Oviedo valiente, a quema ropa. Su vehemencia desde el banquillo parecía incontrolable, pero a la vez susceptible de ser contagiada por los jugadores. Sin embargo, sus números parecían encaminarse hacia el descenso de categoría. 6 victorias, 10 empates y 7 derrotas determinaron su destitución en la jornada 28.

Llegó el Cuco ZigandaEl navarro consiguió de manera memorable la salvación del equipo y se ganó el derecho de seguir en el banquillo del Oviedo una temporada más. La receta fue un Oviedo sólido y sin asumir riesgos en exceso. Había que echar el cerrojo y el navarro supo transmitirlo. La campaña 2020/21 fue más tranquila, con el equipo en zona tibia y sin apenas pasar apuros por la permanencia. El pasado verano, la dirección deportiva apostó por la continuidad y Ziganda volvía a ser el elegido. Una circunstancia que no se repitió este verano, una vez que el Oviedo se quedó a tan solo un gol de clasificarse para el play off.

Ahora es el turno de Jon Pérez Bolo. El bilbaíno, séptimo entrenador en siete temporadas, es el llamado a liderar un proyecto a medio largo plazo. El responsable de una nave azul cuyo destino no es otro ya que plantar la bandera en el play off. Para ello promete un equipo valiente y vertical.