El Real Oviedo, pendiente del examen definitivo
El terreno de juego del Carlos Tartiere afronta este domingo un test crucial, después de una semana cargada de actividad
Real Oviedo y Fútbol Club Cartagena se pondrán a prueba este domingo en el Carlos Tartiere. Al mismo tiempo, ambos equipos también testarán la resistencia del terreno de juego, cambiado a híbrido este mismo verano. Una vez superada con nota la primera prueba con fuego real tras el encuentro en casa de los azules ante el Racing de Santander, ahora este partido cobra más importancia después de una semana cargada de actividad en el municipal ovetense.
El miércoles fue el turno del derbi femenino entre el Real Oviedo y Sporting de Gijón. A pesar de la lluvia que acompañó al encuentro, el verde respondió a buen nivel a las pisadas de los dos equipos y no se observaron levantamientos al final del encuentro.
Horas más tarde, sería el equipo masculino el encargado de ponerlo a prueba durante la sesión del jueves. La plantilla del Real Oviedo se ejercitó por espacio de algo más de una hora y no se percibió incidencia alguna, más allá de un aspecto sobresaliente, a pesar de las precipitaciones que también acompañaron durante el entrenamiento.
Tres días después, turno para otro partido. El que va a enfrentar el domingo al Oviedo y al Cartagena. Desde el club confían en que el terreno de juego no muestre debilidad alguna, ya que este nuevo sistema híbrido permite un mayor uso del mismo. Esta tecnología, muy desarrollada en estadios de élite, permite un mayor uso del campo sin que el verde se resienta. De esta manera, el primer equipo del Real Oviedo podrá utilizar más su estadio, ya que hasta esta temporada se había privado en muchas ocasiones de entrenar en el mismo durante la semana. Desde este nuevo curso, esto ha dejado de ser un problema.
Este nuevo césped híbrido - compuesto por un 95% de hierba natural - generará más fuerza a la planta, lo cual hace que sea más resistente a las inclemencias meteorológicas, por lo que la raíz sufrirá mucho menos. Esto ayudará a la conservación del terreno de juego en los meses de otoño e invierno en los que las lluvias y las bajas temperaturas serán constantes.
La técnica de renovación del terreno de juego que se ha llevado a cabo es el cosido. Este procedimiento consiste en inyectar unas fibras de plástico a 18 centímetros de profundidad, lo cual ayuda a una durabilidad de más de 10 años y facilita a la raíz una mayor resistencia a las pisadas de los futbolistas.