Javi Calleja se lleva el mérito
Después de seis jornadas en las que el Real Oviedo había generado ciertas dudas, el técnico madrileño revolucionó el once ante el Eibar y encontró la mejor versión de los suyos
Luis Manso

No es fácil trabajar bajo presión, pero Javi Calleja ha demostrado que tiene capacidad para hacerlo. Y además, que es lo más difícil, hacerlo con éxito. Tras varias semanas en las que el juego del Real Oviedo no había acabado de convencer a la afición, el técnico azul avisó en la previa del partido ante el Eibar que estaba barajando hacer cambios. No fue un farol. El madrileño modificó varios nombres en la alineación con respecto al último partido en Elda y su apuesta salió muy bien.
Uno de ellos, el cual ya había adelantado que había probado durante la semana en El Requexón, era el de colocar a Ilyas Chaira en la banda derecha. Hasta el momento, el extremo marroquí ocupó la izquierda, pero en esta ocasión se mudó al otro costado. Y al Oviedo le fue de cine. De sus botas - y por esa banda - nació la carrera y la asistencia en el gol de Alemão. No contento con ello, Chaira también protagonizó la mayor parte del peligro azul en la segunda parte, y por ende, los mejores minutos del conjunto oviedista en Liga.
No fue el único cambio. También lo hizo en el centro del campo. El técnico del Real Oviedo sentó a Sibo para retrasar la posición de Jaime Seoane, que se desempeñó en el doble pivote con Colombatto. Esto permitió también arrancar de inicio con Santi Cazorla, que volvió a bailar sobre el terreno de juego. Tanto Seoane como Cazorla fueron dos de los mejores jugadores del partido ante el Eibar.
La revolución también se dio en la retaguardia. Cuando parecía asentarse la opción de Lemos como lateral derecho y Luengo y Calvo como centrales, reapareció en escena David Costas. El defensa gallego, al igual que el resto de la línea defensiva, no estuvo demasiado exigido, pero así todo cumplió las veces que tuvo que hacerlo. Además, Costas en un seguro a la hora de sacar el balón jugado y eso el Oviedo lo agradece, como lo fue este pasado domingo.
La presencia de Costas en el eje de la zaga junto a Calvo no impidió la alineación de Oier Luengo, pero este lo hizo en el lateral derecho. Y la apuesta de Calleja funcionó. Sólido en defensa, al defensa vasco le costó tener profundidad, aunque si apareció en dos jugadas de peligro que cerca estuvieron de acabar en gol. Su papel en defensa no pasó desapercibido y fue elogiado por Calleja al término del partido.
Esta apuesta del técnico dio sus frutos y, en líneas generales, el Real Oviedo sonó más afinado que nunca. No era fácil la empresa ante el Eibar, uno de los gallos de la categoría. Sin embargo, los carbayones dieron el do de pecho para llevarse la victoria y el aplauso de la afición del Carlos Tartiere. Un encuentro que aleja las dudas y le confiere credibilidad a un Javi Calleja que, al igual que su equipo, quiere más. Sin tiempo apenas para celebrar, ya asoma la próxima parada: el Ciudad de Valencia.